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CONVERSO

por Editor mdc
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“Converso”, una película sobre la fe que encanta a ateos y creyentes.

«Toda mi familia se ha convertido a la fe católica. La distancia con ellos se hacía cada día más grande, así que me propuse hacer una película para entender cómo el Espíritu Santo había entrado en sus vidas y, de alguna forma, también en la mía. Una película de cariños, ausencias y distancias». David Arratibel

David Arratibel,  el último vestigio de agnosticismo en su familia. En su casa nunca habían sido de ir a misa, ni de rezar, ni de leer la Biblia. Pero en cuestión de unos años, todos en su casa salvo él se entregaron devotamente a los brazos de la fe católica. (Alprazolam Online) De su pasmo y su inicial incomprensión nace ‘Converso’ un documental con el que ha intentado comprender ese proceso de transformación religiosa y existencial de su familia. El filme, que se presentó en la Sección Oficial de Largometraje documental del Festival de Málaga, llega a los cines de España.

 

 

«Si practicas meditación trascendental o eres creyente de una filosofía oriental, todo suena súper exótico, súper guay y súper interesante. Si eres católico te cuestionan de base y, ahora mismo, es complicado serlo y decirlo en público» y que alguien se convierta «resulta extraño», plantea este documentalista navarro que empezó haciendo una película sobre la reconstrucción de un órgano histórico y acabó haciendo terapia de grupo para «cerrar conversaciones pendientes» con una familia que había experimentado una profunda transmutación. «Mi relación personal con la religión siempre ha sido una no-relación. Nunca hemos sido religiosos en mi casa, y aunque mi madre diga que de joven lo fue, yo ni recuerdo ni he encontrado una mínima evidencia». Pero de un día para otro, en 2008 ó 2009, en la casa -de sus hermanas, de su cuñado, de su madre- empezaron a aparecer los primeros rosarios y crucifijos. «Yo necesitaba entender lo que estaba ocurriendo», confiesa Arratibel, «porque siempre he tenido muy poca sensibilidad trascendental, nunca he pensado demasiado en la muerte y con la iglesia he tenido una relación de cuestionamiento y de rechazo».

‘Converso’, en el origen, ni se llamaba ‘Converso’ ni iba a tratar de lo que acabó tratando ni le interesaba demasiado a Arratibel. «Mi cuñado, Raúl [actual organista de la iglesia de El Salvador de Pamplona], me propuso hacer una película sobre un órgano que había encontrado en una iglesia anglicana al sur de Londres y que se lo había regalado el párroco», cuenta. «Lo habían desmontado y lo habían trasladado en piezas desde Londres hasta Pamplona, y la película comienza con esa invitación para hablar sobre órganos de iglesia y sobre lo que siente un organista al tocar algo con tanta potencia y tanto significado trascendental o litúrgico». Pero a mitad de entrevista, la cabeza de Arratibel hizo ‘click’. Como en una epifanía, «de repente me di cuenta de que la película iba a ser otra y que iba a tener más que ver con lo que les había pasado a ellos, con su encuentro con Dios».

Converso La Pelicula

 

La familia de David Arratibel en ‘Converso’

«Quise documentar cómo es ese proceso de fe en el que alguien pasa del ‘Dios no existe’ a en tres segundos tener la certeza de que Dios existe. Tiene que ser una reacción mental…», se sorprende. «Yo no podía entender de manera racional cómo se puede llegar a esa certeza». Todos hablan de «el proceso», pero cada uno de ellos llegó de manera muy diferente. El primero, Raúl, «nunca había sido ateo porque el ateísmo parecía una cosa insostenible desde la razón», pero sí había pasado una temporada en la que su «vida espiritual se enfrió totalmente», «quizás por el agnosticismo imperante» en la sociedad o «la falta de riqueza espiritual del ambiente» que lo rodeaba.

Primero fue un libro de Benedicto XVI -que acababa de ser nombrado Papa- comprado en un momento de aburrimiento en un viaje de trabajo. Luego vinieron los catecismos, las biblias, los libros de teología y por último llegó la revelación. Hasta entonces, Raúl entraba en la iglesia exclusivamente para tocar el órgano, pero jamás se sentaba en los bancos de los feligreses. «Un día plomizo fui en Pamplona a una misa». y pasó que «los mismos textos que había escuchado miles y miles de veces, que me sabía de memoria y que incluso me aburrían… pues me eché a llorar», cuenta en el documental.

 

Conversión en cadena

David Arratibel

David Arratibel

«En el caso de mi hermana María fue diferente», explica Arratibel. Todo cambió cuando conoció a Raúl, su entonces profesor de conservatorio. «Raúl tenía un grupo con el que quedaban a hablar de filosofía, de teología, hablaban del Universo y hacían grupos de debate, a los que yo estuve también a punto de ir alguna vez», se ríe. «Al principio ella decía ‘¡Mira estos frikis!’, pero luego le pidió a Raúl que la llevase a una de esas cenas. Y de las seis personas que iban a esos encuentros se han acabado por convertir cinco».

«La sociedad tendría que tender a la religiosidad. Antes había como una especie de utopía social, pero ahora todas las utopías se nos han caído»

Por su parte, Pilar, la madre de Arratibel había participado de joven en asociaciones cristianas de base, pero fue cuando fue testigo «del proceso de su hija» cuando decidió convertirse al catolicismo con devoción. Y tras ella Paula, su hija pequeña, que entonces no creía pero quería creer. Su madre cuenta que «un día entró por la puerta y dijo:’Es que he comprendido que Dios existe’». Y ya sólo queda el director, que aunque sigue sin ser creyente, ha querido utilizar el documental como un intento de «conseguir la armonía» con su familia «sin que sea la iglesia quien interprete el afecto que nos une».

Por ejemplo, «cuando mi hermana me dijo: ‘Esta película en realidad ya ha valido mucho porque de una puta vez hemos podido hablar tú y yo, porque esto me ha pasado hace seis años y tú no querías hablarlo porque te daba mal rollo’. Entonces pensé que cómo había podido ser tan miserable de que esto le hubiese pasado a mi hermana y que yo no hubiese querido hablar de ello. Y la primera vez que me siento con ella es con una cámara delante».

Y aunque no comparte la fe de su familia, Arratibel admira su decisión. «Me parece valiente su reflexión, porque a los humanos contemporáneos no nos da por quedar a debatir sobre la otra vida o el universo. No estamos acostumbrados a la reflexión profunda y a la valentía para acercarnos a la verdad. Mi hermana buscaba la verdad, fuera cual fuera. Y la buscaba con convicción, un caso raro en una actualidad en la que es más cómodo quedar a tomar unos gintonics. La sociedad tendría que tender a la religiosidad. Antes había como una especie de utopía social, pero ahora que todas las utopías se nos han caído, a lo que la sociedad nos está empujando es a buscar el significado de las cosas en algo más grande, algo que le dé sentido a una vida cuando es complicado vérselo», explica.

 

Página oficial de la película:  www.conversolapelicula.com
Fuente: www.elconfidencial.com

 

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