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Abramos nuestros ojos, salgamos de nuestras ceguera

por Card. Rubén Salazar Gómez
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En este domingo, cuarto domingo de Cuaresma la palabra el Señor nos invita a que abramos nuestros ojos, salgamos de nuestra ceguera y permitamos al Señor que Él nos de su luz.

 

Nos encontramos con el relato de la curación por parte del Señor Jesús de un ciego, un ciego de nacimiento, es un relato profundo que vale la pena el que nosotros lo veamos una y otra y otra vez, porque son muchos aspectos importantes los que están en este relato para nuestra vida, para nuestra relación con el Señor y con los demás.

Yo quisiera simplemente hacer unas pequeñas reflexiones.

 La primera ¿que es la ceguera? Nosotros no tenemos la experiencia, si no hemos sido ciegos pero indudablemente sabemos que cuando no hay luz en la oscuridad por ejemplo pues no sabemos dónde estamos porque perdemos el sentido del espacio perdemos el sentido de las cosas no las descubrimos, es decir la oscuridad nos trae a nosotros la incapacidad de orientación y por lo tanto de saber hacia dónde vamos, de dónde estamos, y de dónde venimos.

Esa es la imagen de la ceguera, pero la ceguera física es una imagen de la ceguera espiritual, que es lo que nos pasa a nosotros cuando nos dejamos totalmente envolver por las tinieblas del error de la mentira del pecado.

Que  es cuando nos pasa a nosotros, cuando desafortunadamente, nos dejamos convencer, podríamos decir así convencer por el mundo en que nos rodea en esa invitación al egoísmo, al hedonismo a que sigamos solamente nuestras pasiones nuestros caprichos que lo que nos pasa lo mismo como si cayéramos en una oscuridad total, perdemos el verdadero sentido de nuestra existencia.

No sabemos ni dónde estamos dónde venimos ya dónde vamos. Nos sentimos de tal manera envueltos por esta mentira, que hace imposible que nuestra existencia no tenga sentido, vivimos día a día cada vez más golpeados, por la realidad que nos rodea cada vez más aturdidos por el placer, por el dinero por los odios, por las envidias por los rencores y esto hace que la existencia verdaderamente pierda sentido, se vuelva como decía un filósofo francés una pasión inútil.

¿Que es lo que el Señor nos ofrece? el Señor nos ofrece su luz, y por lo tanto salir de esas tinieblas ,¿y cuál es la luz que el Señor nos ofrece? Es sencillamente el hacernos tomar conciencia de que estamos llamados al amor al auténtico al verdadero amor de Dios es un padre que nos ama es un padre Misericordioso, es un padre tierno, que nos ayuda que permanentemente nos acompaña a lo largo de nuestra existencia y por lo tanto que nuestra relación con él tiene que ser una relación de confianza de entrega de respuesta generosa su amor misericordioso  y a la luz de esa realidad entonces vamos a descubrir quiénes son los demás, los demás son nuestros compañeros de camino, personas humanas con una dignidad única e irrepetible, que no se puede de ninguna manera irrespetar, que no se puede violentar y por lo tanto por el contrario está haciendo todo la luna una reflexión clara sobre la identidad de los demás vamos a ser capaces de sentir amor, deseo de ayudar, deseo de tender la mano, de ser verdaderamente solidarios y fraternos

Esto es lo que nos da la luz que el Señor nos da. En el bautismo nosotros hemos recibido esa luz, ustedes recordarán y lo vamos a repetir la noche de la vigilia Pascual, que en el bautismo se nos entregó un cirio encendido que es el signo de la luz de Cristo que debe iluminar nuestra vida.

Dios permita que a lo largo de nuestra existencia estemos siempre iluminados por la luz de Cristo, y teniendo en cuenta lo que acabo de decir yo quisiera que no perdiéramos el sentido de lo que estamos hoy realizando en nuestra patria, hoy son las elecciones para el congreso, qué bueno que no nos dejamos llevar por las tinieblas de la mentira, Del engaño que no nos dejáramos llevar por el odio, por los deseos de venganza, que no nos dejáramos llevar por intereses personales partidistas, grupales, sino que fuéramos verdaderamente capaces de discernir cuál es el bien para nuestra patria y fuéramos capaces por lo tanto de votar por aquellas personas que pueden verdaderamente hacer que Colombia se dirija por senderos de fraternidad, de solidaridad de justicia ,de paz.

Pidamos al Señor que nos ilumine para que podamos orientar nuestra vida por los caminos de la justicia y de la paz y que seamos capaces en estas elecciones de elegir aquellos que puedan ayudar a que nuestra patria siga adelante, venciendo las dificultades dificultades extremas causadas por la injusticia y por la violencia y podamos construir juntos un mundo nuevo.

La bendición de Dios todo poderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. Amén.
 

 

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