Portada » La Paciencia Heroica de Nuestra Señora

La Paciencia Heroica de Nuestra Señora

por Fr. Rick Martignetti
anunciacion-maria

En su libro del siglo diecisiete True Devotion to Mary, (Verdadera Devoción Mariana) San Louis de Monfort escribió extensamente sobre la Santísima Virgen María y nos anima a consagrarnos a Dios a través de sus oraciones.

Él resalta los muchos atributos que hacen a la Madre de Dios tan especial e incluye la paciencia como una de sus principales virtudes. Es una virtud que personalmente me desafía mucho. Y lo que es aún más desafiante, cuando San Louis se refiere a cómo María vivió esta virtud, dice que lo vivió heroicamente, que practicó la heroica paciencia. Es un término interesante. ¿Qué podría significar realmente?

Sería bueno ser heroico, ser considerado un héroe. Inicialmente pienso en un héroe como alguien súper humano, alguien que va más allá de lo que hacen los humanos promedio. En las películas, un héroe es a veces de otro planeta. Él usa un traje especial tal vez con una capa. Se le puede encontrar volando alrededor del mundo en un instante o corriendo a gran velocidad en edificios en llamas, tal vez columpiándose en telarañas o resolviendo crímenes complejos. Pero, ¿qué es un héroe en la vida real? ¿O en la vida espiritual?

Un héroe enfrenta un conflicto, lucha una batalla, debe mostrar valor y lograr la victoria. Combinar las palabras paciencia con heroico parece un error, a menos que la batalla contra la que el héroe está peleando esté dentro. La paciencia heroica no implica una gran velocidad, sino una lentitud sobrehumana. Tal vez significa esperar e ir más lento que los humanos promedio. Eso podría ser algo heroico. La paciencia heroica puede ser más sobre la desaceleración que la aceleración.

Nuestra Señora procedió lentamente. La Escritura dice que María reflexionó sobre las cosas de Dios en su corazón, como debemos hacerlo. Ella no fue impulsiva. Debido a que siguió con su vida lentamente, estaba lista para un cambio de planes. Imagina la Anunciación. Ese día debe haber sido un shock total para ella, un gran cambio sorprendente en los planes de su vida.

El cardenal John Henry Newman dijo: «Amar es cambiar y ser perfecto es estar cambiando a menudo». María fue llamada a cambiar y ella aceptó esa llamada.

Los padres de la Iglesia creían que Nuestra Señora se había ofrecido a sí misma en el templo y ya había hecho un voto a una edad temprana, consagrándose a Dios como virgen. Dios debería estar contento con eso, ella puede haberlo imaginado. Eso es un gran sacrificio. Pero ahora vino algo completamente inesperado. Un ángel aparece y le dice: María, eres una hermosa virgen consagrada, pero tengo algunas noticias para ti, Dios necesita que seas una mamá…

¡¿Una qué?! ¡¿Una mamá?! Ella debe haber tenido tantas preguntas: ¿Qué quieres decir con concebir un niño? ¿Cómo es eso posible? ¿Cuándo sucederá? ¿A donde debería ir? ¿Será doloroso? ¿Qué debo hacer para prepararme? ¿Donde vamos a vivir? ¿Puedo decirle a la gente sobre esto? ¿La gente querrá matarme? ¿Pensarán que soy una mentirosa? ¿Sabré cómo cuidar a este niño?

Pudo haber tenido cientos de preguntas, pero solo le hizo una: ¿cómo puede ser esto, ya que no he tenido relaciones con un hombre? En otras palabras, ella preguntó: ¿Quién será el papá? «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra… tu hijo será el hijo de Dios». Luego ella no le hizo más preguntas al ángel, todas serían respondidas en el tiempo de Dios. En cambio, se declaró sierva de Dios, o Su sirviente, aceptando lo que sea que venga después.

La paciencia heroica significa sentarse con las preguntas de la vida hasta que Dios decida responderlas (una a la vez). Queremos todas las respuestas a nuestras vocaciones y el futuro de hoy. «¡Señor, muéstrame qué hacer ahora y luego dime qué hacer para mañana, y mientras estés en ello, dentro de cinco años! ¿Con quién me casaré? ¿Donde viviré? ¿Que haré?»

Hoy queremos respuestas instantáneas para cada pregunta. Una pregunta surge durante la cena, y salen los teléfonos celulares. Buscamos y las respuestas son instantáneas. Pero no es así en la vida espiritual. La paciencia heroica es un llamado a esperar al Señor para revelar el siguiente paso, la siguiente etapa del viaje, cuando sabe que es el momento adecuado. Significa dejar espacio para que Dios pueda sorprenderte.

La paciencia heroica significa vivir en el presente, dejar que nuestras vocaciones (o nuestras vidas) se desarrollen. Puede haber giros y vueltas, e incluso algunas maravillosas sorpresas inesperadas en la vida. Y todo eso está bien.

Cuando manejamos, solo vemos hasta lo que los focos de nuestro carro nos dejan, pero hacemos todo el recorrido de esa manera. Solo podemos ver el siguiente paso, uno a la vez. El siguiente paso de María fue ir a visitar y a compartir su bendición con su prima Isabel. La Anunciación de María fue una gran noticia… la mayor noticia de la historia. ¿Puedes guardar un secreto cuando es grande? Debe haber sido tan tentador contarselo a todos.

Pero Ella ni siquiera le dijo a José, ella dejó que Dios mismo hiciera eso. Ella esperó pacientemente y fue a Isabel. Ella permitió que Dios la guiara. Él elegiría con quién compartiría su alegría. Hizo un viaje que debe haberle permitido mucho más tiempo para reflexionar sobre esta buena noticia en su corazón. Y para preguntarle a Dios quién necesitaba escucharlo. La paciencia heroica nos recuerda que con quién compartimos (y qué elegimos compartir) es importante.

Isabel, era una persona confiable sagrada y mayor que podría ofrecer buenos consejos, y tal vez ayudar a María a dar sentido a lo que ella experimentó. Las dos se ayudarían mutuamente a darle gloria a Dios. Isabel respetaría esta noticia y consideraría esta noticia muy preciada.

Podemos tener una experiencia en la oración, obtener una visión o dirección de Dios y querer correr y contarle a alguien. Pero es mejor quedarse en oración y preguntar: «Señor, ¿con quién quieres que comparta esto?» ¿Para quién es? Tal vez, incluso podría ser un secreto del Rey que necesita protección. Tal vez necesito, como Nuestra Señora, reflexionar un poco más en mi corazón antes de hablar sobre ello con alguien que no sea mi «Isabel».

La paciencia heroica le permite a Dios dirigir las gracias y le da a Dios toda la gloria. Recuerda lo que sucedió en el Evangelio. Jesús sanó a las personas que sufrían de lepra y les pidió que guardaran silencio al respecto, pero no lo hicieron. No era hora de que ciertas ciudades conocieran su poder de curación. Pero se fueron y les dijeron a muchas personas lo que el Señor había hecho. Le contaron a muchos que Jesús ya no podía ingresar a las ciudades abiertamente. Ellos se adelantaron al plan de Dios. La paciencia heroica significa no adelantarse al plan de Dios.

María vivió con Jesús en Nazaret durante unos treinta años, pero no alardeó y arruinó el plan de Dios. No sintió la necesidad de tocar las puertas de sus ruidosos vecinos y dijo: «Oye, soy la madre de Dios, el pequeño Dios está durmiendo en este momento. Por favor, hagan silencio».

Dejar que el plan de Dios se desarrollara, ella fue paciente. Ella practicó la heroica paciencia al tratar con no creyentes como sus parientes. Más adelante aprendemos en el Evangelio que los parientes de Jesús pensaron que estaba loco o poseído. Cómo debió lastimar a Nuestra Señora saber que algunos de sus parientes pensaban que su Hijo estaba poseído. Pero ella no fue llamada para convencerlos. Tal vez se suponía que debía amarlos, rezar por ellos y dejar el resto a Dios.

Algunas buenas almas siempre estarán abiertas para el Espíritu, como Simeón y Ana, que estaban atentamente en oración. En la presentación, el Espíritu Santo les habló a sus corazones abiertos y les dijo quién era realmente Jesús. Jesús mismo más tarde redefiniría a la familia como «los que hacen la voluntad de Dios». La paciencia heroica significa dejar que Dios forme su familia para ti, al decirte con quién compartir tu corazón.

La Santísima Virgen María recibió su vocación en etapas. En primer lugar, la llamaron para pertenecer a Dios… luego la invitaron a ser la madre de Dios… luego a liberarlo… para luego convertirse en la Madre de la Iglesia. Ella esperó que el Ángel le diera a Jesús, Ella esperó a que Jesús en la cruz le diera a Juan. Ella recibió su nueva vocación al pie de la cruz, para orar, quizás aconsejar, amar y ser testigo de la Iglesia primitiva.

Hubo cuatro estaciones de la vida de María. Como una niña en el templo conociendo a Dios, como una adolescente llamada a ser mamá y disfrutar todos los días, como una mujer de mediana edad llamada a liberar a Jesús y apoyarlo a través de la oración, y tres años más tarde, un poco mayor, su llamado a tener su corazón desgarrado por la cruz y ser la Madre de la iglesia. La paciencia heroica significa que no apresuremos las estaciones de nuestras vidas, sino que disfrutemos de cada una. Nos tomamos nuestro tiempo.

La imagen que podemos imaginar en nuestras mentes cuando queremos orar sobre la paciencia heroica de Nuestra Señora es María embarazada de nueve meses, viajando en un burro. Ese es un verdadero icono de la paciencia. Ella no tomará un avión a Belén, ni siquiera un caballo al galope. Con Jesús dentro de ella, ella estaba contenta mientras el burro daba un lento paso tras otro. La paciencia heroica significa tomarse su tiempo. Puede significar incluso tomar la ruta más larga.

Un rosario es la ruta más larga cuando se trata de la oración. Nos calma. Es la ruta más larga de la oración. Puede tomar de quince a veinte minutos para orar, pero a veces necesitamos tanto tiempo para calmar nuestras mentes y dejar de preocuparnos por nuestros propios planes.

Así que la paciencia heroica de nuestra Señora es un desafío para nosotros: ir un poco más despacio, escuchar antes de actuar, y sentarnos en oración con las preguntas de la vida, sin forzar a Dios a responderlas, sino esperando que Dios revele el siguiente paso. Es un desafío dejar que Dios hable a nuestros corazones en oración, reflexionar sobre lo que dice y dejar que nos diga con quién compartimos. La paciencia heroica significa no adelantarse al plan de Dios, es recibir Su guía y permitir que nuestras vocaciones se desarrollen en Su tiempo, un paso a la vez. La paciencia heroica es abrazar la época de la vida en la que estamos hoy y, a veces, incluso tomar la ruta más larga para poder disfrutarla plenamente.

No necesitamos una capa o un disfraz de súper héroe para volar en el cielo y conocer a Dios, pero necesitamos las oraciones y el ejemplo de Nuestra Señora para enseñarnos cómo dejar que la paciencia heroica nos lleve a través de la vida y nos conduzca al Reino de los cielos.

Traducción: Marielos Gonzalez

Artículos relacionados

1 comentario

Sara junio 22, 2018 - 11:52 am

Hermoso artículo, …caminar de la mano de Dios para adquirir la paciencia heroica…

Reply

Deja un comentario