Evangelio según San Mateo 5,33-37.
Jesús dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor.
Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios,
ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey.
No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos.
Cuando ustedes digan ‘sí’, que sea sí, y cuando digan ‘no’, que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.
Sé una persona de palabra.
1) No jures falsamente: es algo a la cual tenemos que trabajar vos y yo. El no meter a Dios en nuestra corrupción o en nuestra picardía. No dejes que la mentira te arrebate y te conviertas en un mentiroso profesional. Deja de lado el mirar la consecuencia. Viví en la verdad y acepta las cosas y si te equivocas, te equivocas y punto; no des tantas vueltas ni malabarismos. Sé franco con vos y así será tu vida más simple.
2) Sé de palabra: es clave en tu vida el haberte convertido o convertirte en persona de palabra. Hasta grandes empresas se salvaron de caer y derrumbarse por la existencia de un dueño o gerente de palabra. Ser persona de palabra es clave para tu vida porque el transmitir credibilidad es una gracia de Dios. Hoy ¿sos una persona confiable? ¿creíble?.
3) No hablar de más: es un tema interesante. Muchas veces me dicen que las manos son impuras porque con ella cometemos pecados. Pero cuando vemos lo lengüdo que somos, veo que la lengua es más poderosa y pecadora. En fin, habla lo necesario y lo justo, pues no sea que alguien te diga como le dijeron alguna vez a un amigo mio «cuidado con morderte la lengua, no sea que te mueras con tu mismo veneno».
¡Vamos! A luchar, que hasta el cielo no paramos.
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¡Dios te bendiga!
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