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Mateo 7, 1-5

por Pbro. Luis A. Zazano

Evangelio según San Mateo 7,1-5.

Jesús dijo a sus discípulos:
No juzguen, para no ser juzgados.
Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para ustedes.
¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: ‘Deja que te saque la paja de tu ojo’, si hay una viga en el tuyo?
Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano.

 

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Es más fácil destruir que construir.

1) Juzgar: cuánto daño hace el juzgar. Hay personas que pierden amistades de años por un juzgar imprudente. Cuánto daño hace el juzgar y dejando de lado la caridad. Una vez me tocó vivir en carne propia el sentirme juzgado, hasta sentí que me sacaron la tarjeta roja. Realmente fue duro en ese momento, pero uno va descubriendo con el tiempo que lo que se construye en años el juicio sin caridad y unido al lleva y trae lo termina liquidando todo. Por eso antes de juzgar a alguien recordá que lo primero es VER la realidad, siendo lo más objetivo posible. Luego vivir la CARIDAD sabiendo que los cristianos debemos tener los mismos sentimientos de Cristo y por último, recordá que si haz juzgado apresuradamente y sin caridad podés tirar todo lo construido, por ello siempre recordá que lo tuyo en la vida de los demás debe ser un aporte, no una destrucción.

2) Mirarte: antes de juzgar debes recordar quién sos vos y mirar que vos también podés cometer errores. Nadie está exento de nada, capaz que la única diferencia entre tu hermano y vos, es que él tiene un pecado público al que todos se dan cuenta o vos te das cuenta, en cambio vos tenés un pecado privado, que aún nadie lo sabe. Por ello antes de juzgar a tu hermano mirate vos y asumí que vos también tenés errores y sos débil. En la iglesia no hay cristianos de primera o de segunda. En la iglesia todo bautizado es hijo de Dios.

3) Tu hermano: Jesús nos recuerda que aquí está la clave del cristiano, velar por el hermano, crecer en la vida a través del trato con el hermano. Saber que Dios te pone a alguien cerca tuyo para crecer y ayudar.

Ayudando a tu hermano te ayudas vos, juzgando a tu hermano te condenas vos.

 

 


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