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Juan 6, 41-51

por Pbro. Luis A. Zazano
Juan-6,41-51

Evangelio según San Juan 6,41-51.

Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo».
Y decían: «¿Acaso este no es Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo puede decir ahora: ‘Yo he bajado del cielo’?»
Jesús tomó la palabra y les dijo: «No murmuren entre ustedes.
Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día.
Está escrito en el libro de los Profetas: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí.
Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre.
Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna.
Yo soy el pan de Vida.
Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron.
Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera.
Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo».

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Dios es Vida.

1) La murmuración: Es uno de los puntos más débiles que tenemos los cristianos. Destruimos bastante con nuestra lengua filosa, ya desde chiquitos empezamos con esta maña, en el colegio ya andamos chismeando de quién tiene piojo y quién no. Después andamos con el chisme de los vecinos que nos lleva a saber vida y obra de ellos, así como también de los compañeros de trabajo. Incluso la Iglesia en muchas ocasiones parece un nido de víboras, por tantas lenguas venenosas que salen, y obvio que ni el cura se salva. ¿A cuántos habremos corrido con este mal testimonio de la Iglesia, a cuántos hemos cansado con el lleva y trae? Por favor, luchemos contra el chismerio dentro de la Iglesia. Y si hay que decir las cosas, a decirlas de frente y con prudencia.

2) Nadie puede venir si no lo atrae: La vida cristiana es más que un mero título, es una vocación que implica un encuentro con Jesús. Por eso aquel que se encuentra con Dios y vive una experiencia de fe, vive su religión de una manera distinta, viva, alegre y contagiosa. Ese encuentro con Jesús lleva a una experiencia que le hace explotar el corazón y lo lleva a no cansarse de anunciarlo, incluso te lleva hasta a hacer locuras de amor, como por ejemplo que un joven en su plena adolescencia se levante a las 7:00 a.m. para ir a misionar a un pueblo. ¿Cuál fue esa locura de amor que hiciste por tu fe?

3) El pan vivo: La Eucaristía es lo que nos alimenta y nos llena. Es el eje de nuestra vida, no dejes ese regalo tan precioso que Dios nos regaló. La Eucaristía vive en la Iglesia y la Iglesia vive en la Eucaristía, son dos caras de una misma moneda. Hoy cuando vayas a misa mira a ese pan vivo que da vida.

Cuida tu alimento espiritual para no caer en una desnutrición espiritual, Jesús fortalece el corazón.


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