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Mateo 17, 22-27

por Pbro. Luis A. Zazano
Mateo-17,22-27

Evangelio según San Mateo 17,22-27.

Mientras estaban reunidos en Galilea, Jesús les dijo: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres:
lo matarán y al tercer día resucitará». Y ellos quedaron muy apenados.
Al llegar a Cafarnaún, los cobradores del impuesto del Templo se acercaron a Pedro y le preguntaron: «¿El Maestro de ustedes no paga el impuesto?».
«Sí, lo paga», respondió. Cuando Pedro llegó a la casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes perciben los impuestos y las tasas los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?».
Y como Pedro respondió: «De los extraños», Jesús le dijo: «Eso quiere decir que los hijos están exentos.
Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, ve al lago, echa el anzuelo, toma el primer pez que salga y ábrele la boca. Encontrarás en ella una moneda de plata: tómala, y paga por mí y por ti».

 

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Los deberes y las devociones.

1) Doctrina Social de la Iglesia: La Iglesia a través del papa León XIII mostró que camina al lado y junto al hombre. Es por ello, que surge un acompañamiento buscando ayudar al hombre en el mundo actual a la luz del evangelio, es encarnar la Palabra en el mundo actual y llevar la esperanza que salva a esta sociedad que está dividida y viciada. Es por ello que hay un acompañamiento, en el cual se busca que el hombre se encuentre con Dios en lo cotidiano, como dice aquel himno de la Liturgia de las Horas «hoy Dios se cansó conmigo en el trabajo».

2) Ejemplo: Sí, los cristianos debemos dar ejemplo de ciudadanos, porque hay una gran diferencia de habitante a ciudadano; porque el habitante habita, pero no se compromete; en cambio, el ciudadano se compromete con la sociedad y trabaja por ella. Para esto no es necesario meterse en la política, podés iniciar con el gesto concreto de no tirar basura en la calle o limpiar la vereda de tu casa y no tirarle al vecino.

3) Lo que es de todos no es de nadie: Es una triste realidad, pero en nuestra sociedad habita un gran individualismo, en donde lo que es de todos no es de nadie, pero lo que es tuyo sí lo haces ver que es tuyo. Por ejemplo la plaza pública es de todos, pero basta mirar cómo esta pintada con los grafitis o sucia. ¿Por qué no la cuidamos, si es de todos? Sin embargo, muchos cuidan bien la vereda de su casa para cuidar la imagen de su hogar.

Para crecer como sociedad debemos comenzar cuidando aquello que es de todos.


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