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Lucas 6, 6-11

por Pbro. Luis A. Zazano
Lucas-6,6-11

Evangelio según San Lucas 6,6-11.

Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada.
Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo.
Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y quédate de pie delante de todos». El se levantó y permaneció de pie.
Luego les dijo: «Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?».
Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: «Extiende tu mano». El la extendió y su mano quedó curada.
Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.

 

 

 

 

¿Debemos juzgar o ayudar?

1) La mano derecha paralizada: Como vos sabes, gran mayoría somos diestros, es la mano hábil y a la cual nos permite hacer muchas cosas. La parálisis espiritual que puede tomar en vos, puede llevarte a no hacer nada en tu vida, cayendo en una dependencia total de otro o de otros, entonces ya no haces lo que querés o debes, haces lo que otros quieren. Cuando uno cae en esta parálisis, se convierte en un operante de otro y no vive su vida, vive para conformar a otros. Esto puede llevar a paralizarte completamente; no pierdas tu libertad y tu vida. Estamos llamados a acompañarnos y ayudarnos, a cumplir cada uno el fin de nuestras vidas, pero no podemos caer en absorber la vida de otros. Si hoy tenés tu vida paralizada por otra persona, pedí a Dios el milagro de recobrar vida para actuar y ser vos, decidir vos y crecer en este camino de tu vida. Y si vos parálisas la mano de otro, pedí a Dios que te ayude a poder soltar la vida de esa persona y no absorber la vida del otro, más bien ayuda a que el otro sea lo que tenga que ser en plenitud.

2) Los paró en medio de todos: Hay veces que Jesús nos llama la atención y nos pone personas en medio de nosotros, mostrándonos que en vez de ayudarla, la hemos juzgado. Dios nos hace ver en personas concretas que hay veces que nos equivocamos, que nos piden ayuda y más nos aferramos a leyes y prejuicios que ayuda a ese hermano que está paralizado en su vida. Hoy Dios ¿a quién te puso en frente tuyo? ¿lo ayudaste o lo juzgaste?

3) Hacer el bien: Querido hermano, no dejemos de hacer el bien. Que la maldad no te tome, cuidado que con esto uno lo disfraza llamándolo rencor, odio o: «que la page». No hagamos el mal. Busquemos hacer el bien, todos los días podemos hacer algo bueno, podemos sonreír a alguien, podés levantar la basura de la calle, podés ayudar a una persona que no sabe, cuántas cosas buenas podemos hacer en un día. Sé que me escuchan hasta personas no creyentes y de otra religión, te invito a que hagamos la vida más linda.

La vida es bella, es hermosa, ayúdame a que lo hagamos para muchos que aún no saben. Hasta la belleza del cielo, no paramos.

 

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