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Lucas 10, 13-16

por Pbro. Luis A. Zazano

Evangelio según San Lucas 10,13-16.

¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza.
Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno.
El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a aquel que me envió».

 

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Dios habla en vos.

1) Corazaín: Es el cristiano que no ve en sus narices lo que Dios está haciendo en su vida. Capaz que estás empecinado en algo, que no te lleva a ver todo lo demás que Dios te pone en frente tuyo. Vivís mirando lo otro y lo que el otro tiene, pero no sos capaz de ver tus propias riquezas y eso te lleva a seguir en lo mismo y dando vuelta en lo mismo. ¿Cuántas veces te ha llevado incluso a la envidia, cuando vos en el fondo tenés más que aquella persona a la que envidias? Hoy mírate vos y valora lo que sos y lo que tenés para cambiar y seguir adelante en esta vida.

2) Cafarnaum: Es el cristiano que se cree el purito y cree que ya tiene el cielo ganado, es tanta su soberbia religiosa que se cree que por saber mucho de religión, como que tiene el carnet de socio vitalicio. ¡No! No pasa por allí nuestra vida cristiana. El cristiano no está llamado a refregar la vida a los demás, más bien estás llamado a colaborar con aquel hermano caído y golpeado. Es como que, un hermano que quiera hablar conmigo le diga «no, no podemos hablar porque vos sos pecador» o «mejor no vengas a mi casa porque sos pecador». El cristiano es aquel que acoge y celebra con su vida, la nueva vida que logran tener los demás.

3) Tiro y Sidón: Son esos cristianos que luchan, en la cual asumen y aceptan sus errores y quieren cambiar, pero se saben frágiles y caídos. Vos no dejes de remarla y luchar por la santidad, no bajes los brazos, hay que seguir pues sabemos que Dios no deja de acompañarte en este camino de la vida. No te olvides que todo pecador tiene un futuro y todo santo tiene un pasado. No te olvides que si caiste en un pecado, siendo el más groso, a limpiarse bien de esa caída, sacudirse bien y empezar a caminar de nuevo. Pues todo corazón arrepentido es perdonado, porque hasta el cielo no paramos.

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