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Lucas 9,46-50

por Pbro. Luis A. Zazano
Lucas-9,46-50

Evangelio según San Lucas 9,46-50.

 
Entonces se les ocurrió preguntarse quién sería el más grande.
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo,
les dijo: «El que recibe a este niño en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe a aquel que me envió; porque el más pequeño de ustedes, ese es el más grande».
Juan, dirigiéndose a Jesús, le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros».
Pero Jesús le dijo: «No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está con ustedes».

 

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En la pequeñez se encuentra la grandeza.

1) Conoce tus pensamientos: Dios sabe todo de vos, no le mientas. Más bien abrite a él y mostrate como sos, no tengas miedo de mostrarte con el corazón abierto, Dios ya sabe lo que te pasa, lo que sufrís, lo que te hicieron, todo. Abandonate en sus manos y también hablale de tus miserias para que te ayude, para que te ayude a luchar con esa ambición que tenés, para que te ayude a vencer esa soberbia que te hace creerte más que otros o ese egoísmo que lleva a que lastimes a otros. Jesús te conoce y hace rato que te viene hablando, capaz que no tiene un niño, pero en lo sencillo y cotidiano del día, Dios te viene hablando, escuchalo.

2) Ser pequeño: Hoy estamos celebrando a Santa Teresita del Niño Jesús, esa mujercita de Francia, que de ser niña caprichosa, pasó a ser ejemplo de entrega a Dios; cuánta madurez logró en el Carmelo que llegó a decir «quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra». Hoy, vos y yo le pidamos a Dios que nos ayude a madurar en nuestro caminar y poder hacer el bien siempre. Teresita es patrona de las misiones, pues la iglesia nos enseña que el anunciar a Jesús, pasa por un principio muy importante «hablar con él y contemplarlo». No se da lo que no se tiene y no se enseña lo que no se sabe. Teresita conoció a Jesús y su amor la llevó a ser misionera en lo sencillo. Quien ama, se hace sencillo.

3) No impidan: No seamos cristianos «palos en la rueda», no impidamos que otros anuncien a Jesús. No seamos pájaro de mal agüero, muchos hermanos están con esas ganas de anunciar el amor de Dios y testimoniar. Dejemos que muchos se encuentren con Jesús a través de otros hermanos. Salgamos a anunciar. Y como Teresita, comencemos está misión orando y contemplando, por ello comencemos con el rosario, ¿te prendes? Aunque sea un misterio (un Padre Nuestro y diez Ave Marías). Vamos, con un rosario por la Iglesia, ¡sumate!

 

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