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Adviento, ya se siente la alegría de la navidad

por Card. Rubén Salazar Gómez
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Empezamos hoy el tiempo del Adviento es un tiempo muy especial al interior de la liturgia de la iglesia, porque la preparación inmediata, a la celebración de la fiesta de la navidad, era el adviento, aun cuando es un tiempo de penitencia, sin embargo ya se siente la alegría de la navidad, escuchemos con suma atención la proclamación de la palabra de Dios.

 

Lectura del Santo Evangelio según san Lucas  21, 25-28. 34-36.

Estando ya en Jerusalén, dijo Jesús a sus discípulos:

Habrá fenómenos extraordinarios en el sol en la luna y las estrellas en la tierra, naciones enteras se llenarán de angustia y desesperación al oír el estruendo del mar y el oleaje y la gente.

Quedará sin aliento por el terror y la expectativa del peligro que amenazara a la tierra, cuando tiemble el ejército de los astros, en el cielo entonces verán al hijo del hombre venir en una nube con poder y gloria inmensa, cuando comiencen a suceder estas cosas levántense, con la frente erguida, porque se acerca a su liberación.

Tengan cuidado no se dejen aturdir por el desenfreno y la embriaguez ni por las preocupaciones diarias, así no podrían escapar cuando llegue de repente, ese día pues va a tomar por sorpresa a todos los habitantes de la tierra.
Permanezcan en vela pidiendo a Dios en todo momento, la gracia de salir sanos y salvos de todo esto que va a suceder y de presentarse con confianza ante el hijo del hombre

Palabra del Señor.

 

 

Transcripción de La Voz del Pastor Diciembre 2 de 2018

 El texto del evangelio de San Lucas, para hoy termina con esas palabras hasta consoladoras, levanten las cabezas porque se acerca su liberación, ¿qué significa esta liberación? que el Señor nos promete en el mundo de hoy,

Indudablemente que no es fácil hablar de Liberación, no es fácil hablar de redención, no es fácil hablar de salvación, pero de todas maneras la iglesia tiene que seguir hablando de estos términos porque es una realidad que no podemos soslayar.

 El ser humano no es libre, hay muchas ataduras, hay muchas cosas que le impiden ser lo que quiere, y sobre todo hay muchísimos condicionamientos de mucha naturaleza en la que significa la vida de todos los días la vida de todas las personas pero hay sobre todo una realidad muy profunda y es que el sin sentido de la vida, se hace sentir cada vez con más fuerza, cada vez las personas hayan más desorientadas, cada vez menos son capaces de darle un sentido real concreto a la existencia, cada vez se sienten más como dentro de una jungla, dentro de una selva, por la cual no hay senderos y por lo tanto pierden la esperanza.

 Por eso aumentan los suicidios, por eso crece la depresión, por eso hay tantos síntomas que hacen pensar claramente que la causa profunda es que la existencia, en este mundo no tiene sentido para ese inmenso número de personas.

Precisamente el mirar hacia el futuro hacia el final como nos pide este tiempo de adviento en los primeros domingos nos permite descubrir ese sentido de la existencia humana, nosotros hemos sido hechos hemos sido creados plenitud de vida la muerte, por lo tanto no es el acabose simplemente terminamos la existencia y se acabó todo, no, la muerte es el paso a una realidad mucho más honda, mucho más profunda que es el poder estar profundamente unidos con Dios, para siempre participar plenamente de su alegría, participar plenamente de su vida, participar plenamente de todo aquello que constituye la realidad, del amor nosotros.

 Sabemos perfectamente que cuando amamos y cuando somos amados somos felices pues bien esa es la promesa que el Señor nos hace al final después de nuestra muerte, cuando el mundo todo llegue a plenitud seremos felices para siempre, porque seremos amados plenamente por Dios y seremos capaces de amar plenamente a Dios y en ese amor a Dios seremos capaces de amar a los demás, a todos a todos viviremos en la plenitud del amor, viviremos en la plenitud de la felicidad, por eso es importante que nosotros tengamos conciencia de que caminamos hacia allá, y que por lo tanto las circunstancias de nuestra vida aquí especialmente el dolor y la muerte no tienen sentido en sí mismas sino que son episodios podríamos decir así etapas que hay que llenar para llegar a esa plenitud especialmente la muerte que a todos nosotros de alguna manera nos produce miedo, susto, angustia, nosotros sabemos perfectamente que si estamos unidos al Señor Jesucristo muerto y resucitado por nosotros entonces no vamos a estar solos en la hora de la muerte, aún más nosotros sabemos que tenemos la intercesión de la virgen maría en el avemaría en la parte segunda es santa maría madre de Dios ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.

 Por eso el Adviento tiene que empezar con la avivamiento de nuestra esperanza, somos peregrinos, somos caminantes, vamos hacia el encuentro definitivo con el centro y por lo tanto todas las etapas previas de nuestra existencia tienen que estar llenas ya de la alegría de la meta a la cual aspiramos hacia la cual nos dirigimos, vivamos con mucha alegría este tiempo del adviento, es un tiempo que tiene que llevarnos a considerar también para que vivimos cuál es el sentido de nuestra existencia, qué sentido tiene en el dolor, el sufrimiento, la muerte, ¿qué sentido tiene todo aquello que constituye nuestra existencia?, de todos los días y por lo tanto ¿qué sentido tenemos que darle a cada uno de los momentos de nuestra existencia? a la luz del Señor muerto y resucitado por nosotros del Señor nacido en belén de la virgen maría por nosotros podemos encontrar toda la luz la fuerza la alegría que necesitamos

La bendición de Dios todopoderoso, Padre Hijo, y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. Amén.

 

 

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1 comentario

Fernanda diciembre 2, 2018 - 7:25 pm

Me encantó. Hermosa reflexión. Bendiciones

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