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A 60 años del llamado al Concilio Vaticano II

por Vatican News
Papa Juan XXIII

El pasado 25 de enero, se cumplió y celebró el 60° aniversario del anuncio del Concilio Vaticano II. Rafael Luciani, profesor y teólogo venezolano, explica que en el camino que aún queda por recorrer para lograr una Iglesia en salida como pide el Papa, es fundamental la “conversión pastoral”, haciendo a los jóvenes participes y no solamente observadores desde afuera de la Iglesia.

El
pasado viernes 25 de enero, se cumplieron 60 años del anuncio, por parte del
Papa Juan XXIII, del Concilio Vaticano II bajo el objetivo de renovar la vida
de la Iglesia y adaptar la disciplina de la eclesiástica a las condiciones de
la época. También se trata de una fecha muy importante “porque es la que
inspira y mueve el proceso de la reforma que el Papa Francisco está llevando
adelante”, tal y como ha declarado el teólogo Rafael Luciani, profesor en el
Boston College y la Universidad Católica “Andrés Bello” en Caracas.

Concilio Vaticano II: una apertura de la
Iglesia al mundo

Según
explica Rafael Luciani para Vatican News, el Concilio Vaticano II tiene el gran
mérito de haber hecho “un giro” de una Iglesia occidental y romanizada, bajo un
modelo centralizado, hacia una Iglesia mundial, que significa una Iglesia donde
la interculturalidad, la diversidad de los pueblos que la integran y la
diversidad de las maneras de vivir el cristianismo, tienen que ser integradas,
y esto – puntualiza – “representa el mayor reto de la recepción del Concilio”.
Y en esta recepción del Concilio, el Papa Francisco desde su primer año de
Pontificado, “ha promovido como punto central la Eclesiología del Pueblo de
Dios, la cual llama a que todos los bautizados, con todos nuestros rostros y
con toda nuestra diversidad cultural, tenemos parte en esta construcción de una
Iglesia en conjunto” asegura el teólogo venezolano.

El Concilio: la gran resistencia que ha
encontrado Francisco

Luciani
además señala que “no se trata de obedecer a ciegas a alguien que me dice lo
que debo de hacer” sino que el Concilio me constituye como parte de una
comunidad y son igual de responsables “los laicos, los obispos y el Papa” en
este caminar juntos. Es por ello que el Concilio “es la gran resistencia que ha
encontrado Francisco” y la cual sigue siendo un reto – dice Luciani – porque
“implica un modelo de Iglesia que no se cambia de un día para otro, pero que si
no lo hacemos juntos no lo vamos a ver realizado en un tiempo cercano”.

Recepción del Concilio en América Latina

En
América Latina se recibe el Concilio muy especialmente a través de la Constitución
Pastoral Gaudium et spes, que implica “un compromiso profundo de la Iglesia con
el mundo, una apertura, una acogida y un discernimiento de lo que se vive en el
mundo” explica Luciani y pone de ejemplos los 50 años de Medellín (celebrados
el año pasado) y la celebración de este año por los 40 años de Puebla.

“En
Medellín se nos dice que la Iglesia está llamada a auscultar las actitudes de
los jóvenes porque ellos son manifestación de los signos de los tiempos”; una
expresión hermosa – dice Luciani – para decir lo que hoy Francisco tanto
insiste: “la escucha a los jóvenes”. Y diez años después de Medellín, en
Puebla, “no sólo se ratifica la opción preferencial por los pobres sino que el
documento habla de esa opción preferencial por los jóvenes y los términos que
utiliza es una escucha nuevamente – o sea Iglesia en clave sinodal -,
incorporación de los jóvenes y formación”.

Opción preferencial por “los pobres” a
la luz de “los jóvenes”

Y en esa
opción preferencial por los jóvenes, dice Luciani, también entra el compromiso
social, político y de integración en las comunidades locales que tiene un joven
“y que no debe limitarse solamente a un movimiento juvenil dentro de la
parroquia”. Ejemplo de ello fue “Acción Católica” y los “Movimientos de Jóvenes
en las universidades” que dieron pie a formación de comunidades de base y a la
llamada Teología de la Liberación, así como a la existencia de una juventud
“que luego se ha convertido en líderes políticos que influenciaron a todo el
continente en la transformación social”. De manera que este reto por la “opción
preferencial por los pobres” hoy en día – concluye Luciani – “tiene que ser
pensado a la luz de los jóvenes, pero más allá de los movimientos parroquiales
locales; tiene que ser pensado en función de la sociedad y de los cambios
políticos”.

La Iglesia debe cambiar su modelo
parroquial exclusivamente litúrgico

Hablando
a cerca de qué puede hacer la Iglesia ante las problemáticas a las que se
enfrentan los jóvenes de hoy a nivel mundial, Rafael Luciani asegura que, antes
que “hacer programas”, la Iglesia tiene que “cambiar el modelo parroquial y la
estructura centrada solamente en lo litúrgico y sacramental”. “El joven cuando
llega a la comunidad local no puede ser que lo único que se le ofrezca es como
una especie de menú, a qué grupo pertenece o a cuantas misas asistir” asegura
el profesor del Boston College, si no que tiene que encontrar en la comunidad
“una identidad” y la comunidad debe ser para ese joven “un lugar desde donde
pueda incorporarse y trabajar por la sociedad”.

Y el cambio de este modelo es lo que el Papa Francisco llama “conversión pastoral”, finaliza Luciani: “recordemos que Francisco siempre ha dicho, desde la Evangelii Gaudium inspirada en Aparecida, que debemos pasar de una “pastoral de conservación”, o sea una pastoral que se limita a la parroquia, a los litúrgico y a lo sacramental, a una “conversión pastoral”, o sea, reformar las estructuras para que podamos realmente incorporar y hacer a los jóvenes participes y no solamente observadores desde afuera de la Iglesia”.

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