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Las bodas de Caná

por Card. Rubén Salazar Gómez
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En el texto del Evangelio que nos regala la Iglesia hoy, nos encontramos un episodio muy hermoso de un profundo significado, escuchemos:

Lectura del santo evangelio según san Juan 2, 1-11.

Se celebraban unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús  estaba allí. 

También invitaron a Jesús y a sus discípulos al banquete  de bodas. Y como se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo: 

«No tienen vino.» 

Jesús le respondió: «Déjame, mujer. Todavía no ha llegado mi  hora.»

Su madre dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga.» 

Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos. En cada una cabían unos cincuenta litros. 

Jesús dijo a los sirvientes: «Llenen de agua esas tinajas.»  y las llenaron de agua hasta el borde. 

«Ahora saquen -añadió Jesús- y llévenle al jefe del servicio.»  y así lo hicieron. El jefe del servicio no sabía de dónde había  salido más vino, pero los sirvientes, que habían sacado el agua, sí lo  sabían. 

De modo que cuando probó el agua convertida en vino, llamó al  novio y le dijo: «Todo el mundo sirve primero el mejor vino, y cuando  todos han bebido bastante, el menos bueno. Tú, en cambio, guardaste el mejor vino hasta ahora.» 

Esta fue la primera obra reveladora de Jesús. Con ella manifestó  su gloria en Caná de Galilea, y sus discípulos creyeron en él.

Palabra del Señor

Transcripción de La Voz del Pastor 20 de enero de 2019

Se trata del relato de las bodas de Caná, una familia hace una boda invita a la madre de Jesús e invita a Jesús, y allí sucede lo que todos conocemos, se acaba el vino, maría presurosa va a decírselo al Señor, y el Señor realiza el gran milagro de transformar el agua en vino, qué significa esto en primer lugar contemplemos como la virgen María está atenta a nuestras necesidades, la virgen es una madre solícita que está permanentemente pendiente de lo que nos falta, por eso también es una imagen de lo que tiene que ser nuestra vida, tenemos que estar pendientes de los demás, la indiferencia el sentirnos absolutamente incapaces de compartir las necesidades y las angustias de los demás es lo más contrario a la vida cristiana.

La virgen María nos da el ejemplo ella asume como propio el problema que tienen estos novios a quienes se les acaba el vino, pero hay una realidad también bien importante y es que el Señor responde a nuestras necesidades, responde a la virgen y la virgen pide que los aquellos personas que tenían el agua en las ánforas se pongan a disposición del Señor, se pongan a disposición del Señor, entonces aquí también la virgen nos invita a nosotros a abrir nuestro corazón a la intervención de Dios, ella hoy nos dice también como le dijo a aquellos empleados hagan lo que él les dice, ella nos lo pide, hagan lo que él les dice es decir que estemos dispuestos a aceptar lo que el Señor quiere de nosotros que estemos dispuestos a aceptar su amor y su misericordia que no lo cerremos al amor de Dios, que permitamos que el Señor realice su obra de salvación en nosotros, y por supuesto se realiza el milagro, el agua se transforma en vino, un vino exquisito, vino maravilloso, eso es lo que el Señor realiza en nuestra vida él transforma el agua de nuestra existencia en un vino delicioso, el agua de nuestras angustias, de nuestras dificultades, de nuestros problemas, el agua de nuestras desilusiones, la transforma en el vino del amor, en el vino del servicio, en el vino de la felicidad, pero para ello tenemos que acercarnos al Señor y aceptar que el Señor venga a nosotros a salvarnos.

 Qué bueno que nosotros vayamos cada día más comprendiendo como el Señor nos ama y como toda nuestra vida tiene que ser una apertura a ese amor misericordioso del Señor, el Señor transformará nuestra existencia, transformará el agua en vino.

La bendición de Dios todopoderoso Padre Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. Amén.

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