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Papa Francisco: “No es grande el que tiene, sino el que da”.

por Vatican News
Una misa histórica.

En una mañana con mucho sol  es lo que les dijo el Papa a los católicos en el marco de un acontecimiento histórico: la celebración de la primera misa pública en Abu Dhabi, presidida por Francisco y con la asistencia de más de 120,000 fieles.

El
Pontífice concluye hoy su visita de tres días a los Emiratos Árabes Unidos con
un día dedicado a la comunidad católica local, compuesta por 900.000 personas,
en su mayoría trabajadores inmigrantes de países asiáticos como India y
Filipinas, que representan el 10% de la población total. (Tramadol)

El
estadio  donde se realiza la eucaristía
está en la Ciudad Deportiva Zayed, el gran centro deportivo de Abu Dhabi.

Las Bienaventuranzas

El Papa
comenta el Evangelio de las Bienaventuranzas (Mt 5,1-12a): “Si como los
discípulos de aquel tiempo les gusta escuchar la palabra de Dios, si tratan de
vivirla cada día, son bienaventurados”.

Sin embargo,  llama la atención sobre la forma en que vivimos la palabra: la vida cristiana «no se presenta como una lista de prescripciones externas a cumplir o como un conjunto complejo de doctrinas a conocer», sino que «es conocer, en Jesús, a los hijos amados del Padre». Es vivir la alegría de esta dicha, es entender la vida como una historia de amor, la historia del amor fiel de Dios que nunca nos abandona y quiere hacer comunión con nosotros siempre. Esta es la razón de nuestra alegría, una alegría que ninguna persona en el mundo y ninguna circunstancia de la vida puede quitarnos. Es una alegría que da paz incluso en el dolor, que ya ahora nos hace anticipar esa felicidad que nos espera para siempre».

Otra manera de vivir la vida

Francisco
invita a profundizar sobre el sentido de las bienaventuranzas, pues en ellas
vemos «una inversión del pensamiento común: «Bienaventurados los
pobres, los mitos, los que permanecen hasta el punto de causar una mala
impresión, los perseguidos». El Papa nos invita a «redescubrir la
fascinación de seguir a Jesús» que dio su vida por amor, «vino a
servir y no a ser servido; nos enseñó que no es grande quien tiene, sino quien
da». Porque aquí está el sentido de la vida en la tierra, en comunión con
Él y en amor a los demás».

Para
entender a Jesús, tenemos que abrir los ojos, hay que mirar «cómo vivió
Jesús: pobre en cosas y rico en amor, ha curado muchas vidas, pero no ha
escatimado la suya». Vino a servir y no a ser servido; nos enseñó que no
es grande quién tiene, sino quién da”.

El Papa
nos  recuerda que «vivir como
bienaventurados y seguir el camino de Jesús no significa, sin embargo, ser
siempre felices. Los afligidos, los que sufren la injusticia, los que se
esfuerzan por ser pacificadores saben lo que significa sufrir». No es
fácil para ti vivir lejos de casa y quizás sentir, además de la falta de seres
queridos, la incertidumbre del futuro. Pero el Señor es fiel y no abandona a
los suyos.

Un amor concreto

La
vivencia de las Bienaventuranzas no requiere gestos llamativos. Miremos a
Jesús: no ha dejado nada escrito, no ha construido nada imponente. Y cuando nos
dijo cómo vivir, no nos pidió que levantáramos grandes obras o que nos señaláramos
con hechos extraordinarios. Nos pidió que creáramos una sola obra de arte,
posible para todos: la de nuestra vida. Las Bienaventuranzas son entonces un
mapa de la vida: no piden acciones sobrehumanas, sino imitar a Jesús en la vida
cotidiana. Nos invitan a mantener nuestros corazones limpios, a practicar la
mansedumbre y la justicia a pesar de todo, a ser misericordiosos con todos, a
vivir la aflicción unidos a Dios.

Francisco
insiste en que “Las Bienaventuranzas no son para superhombres, sino para
aquellos que enfrentan los desafíos de cada día. El que los vive según Jesús
hace que el mundo sea limpio. Es como un árbol que, incluso en suelo seco,
todos los días absorbe aire contaminado y devuelve oxígeno. Deseo que así sea,
bien arraigado en Jesús y dispuesto a hacer el bien a quien esté cerca de
ustedes. Que sus comunidades sean oasis de paz.

El Papa
recuerda a San Francisco de Asís cuando aconsejaba a sus frailes: Así, pues,
«ni peleas ni disputas», y esto «se aplica también a los
sacerdotes», añade sin leer el texto escrito; en aquella época,
«mientras muchos salían vestidos con una pesada armadura, San Francisco
recordaba que el cristiano esta armado de su humilde fe y de su amor
concreto».

La
celebración eucarística terminó con los agradecimientos del Papa Francisco a
las altas autoridades de los Emiratos Árabes Unidos por todo el apoyo y la
ayuda para que este encuentro fuera posible. También agradeció a las comunidades
cristianas locales y a todas las personas que colaboraron para que el viaje
fuera un éxito. Este viaje ha sido un paso más en el encuentro entre ciudadanos
que profesan distintas religiones pero que han declarado que es posible vivir
juntos y construir juntos un mundo de paz.

“Saludo
y agradezco “eyal Zayid fi dar Zayid / los hijos de en la casa de Zayid”,
añadió.

“Que Nuestra Madre María Santísima los mantenga en el amor por la Iglesia y en el testimonio gozoso del Evangelio. Por favor, no os olvidéis de rezar mí. Gracias”.

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