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Liturgia en tiempo de Cuaresma

por Lorena Bais
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Para la Iglesia, la Cuaresma es el memorial de Cristo y es también tiempo propicio para participar en su misterio de camino hacia la Pascua.

Para cumplir este camino de conversión, la Iglesia se compromete a vivir tres dimensiones de vida evangélica:

a.    Un camino de fe más consiente

b.    Una escucha más atenta de la palabra.

c.    Una oración más intensa.

Es el tiempo en el que los cristianos recuperan su identidad cristiana por medio de la penitencia.

Un tiempo con características propias

La Cuaresma es el tiempo que precede y dispone a la celebración de la Pascua. Tiempo de escucha de la Palabra de Dios y de conversión, de preparación y de memoria del Bautismo, de reconciliación con Dios y con los hermanos, de recurso más frecuente a las «armas de la penitencia cristiana»: la oración, el ayuno y la limosna (Mt 6,1-6.16-18).

De manera semejante como el antiguo pueblo de Israel marchó durante cuarenta años por el desierto para ingresar a la tierra prometida, la Iglesia, el nuevo pueblo de Dios, se prepara durante cuarenta días para celebrar la Pascua del Señor. Si bien es un tiempo penitencial, no es un tiempo triste y depresivo. Se trata de un tiempo especial de purificación y de renovación de la vida cristiana para poder participar con mayor plenitud y gozo del misterio pascual del Señor.

La Cuaresma es un tiempo privilegiado para intensificar el camino de la propia conversión. Este camino supone cooperar con la gracia, para dar muerte al hombre viejo que actúa en nosotros. Se trata de romper con el pecado que habita en nuestros corazones, alejarnos de todo aquello que nos aparta del Plan de Dios, y por consiguiente, de nuestra felicidad y realización personal.

La Cuaresma es uno de los cuatro tiempos fuertes del año litúrgico y ello debe verse reflejado con intensidad en cada uno de los detalles de su celebración. Cuanto más se acentúen sus particularidades, más fructuosamente podremos vivir toda su riqueza espiritual.

Por tanto habrá que esforzarse, entre otras cosas:

– Por que se capte que en este tiempo son distintos tanto el enfoque de las lecturas bíblicas (en la santa misa prácticamente no hay lectura continua), como el de los textos eucológicos (propios y determinados casi siempre de modo obligatorio para cada una de las celebraciones).

– Por que los cantos, sean totalmente distintos de los habituales y reflejen la espiritualidad penitencial, propia de este tiempo.

– Por lograr una ambientación sobria y austera que refleje el carácter de penitencia de la Cuaresma.

Sentido de la Cuaresma actual

La Constitución “Sacrosanctum Concilium” (nn. 109-110) considera a la Cuaresma como el tiempo litúrgico en el que los cristianos se preparan a celebrar el misterio pascual, mediante una verdadera conversión interior, el recuerdo o celebración del bautismo y la participación en el sacramento de la Reconciliación.

A facilitar y conseguir estos objetivos tienden las diversas prácticas a las que se entrega más intensamente la comunidad cristiana y cada fiel, tales como la escucha y meditación de la Palabra de Dios, la oración personal y comunitaria, y otros medios ascéticos, tradicionales, como la abstinencia, el ayuno y la limosna.

La celebración de la Pascua es, por tanto, la meta a la que tiende toda la Cuaresma, el núcleo en el que se convergen todas las intenciones y el elemento que regula su dinamismo. La Iglesia quiere que durante este tiempo los cristianos tomen más conciencia de las exigencias vitales que derivan de hacer de la Pascua de Cristo centro de su fe y de su esperanza.

No se trata, por tanto, de preparar una celebración histórica (drama) o meramente ritual de la Pascua de Cristo, sino de disponerse a participar en su misterio; es decir, en la muerte y resurrección del Señor. Esta participación se realiza mediante el bautismo –recibido o actualizado-, la penitencia –como muerte al hombre viejo e incorporación al hombre nuevo, – la Eucaristía – reactualización mistérica de la muerte y resurrección de Cristo-, y por todo lo que contribuye a que estos sacramentos sean mejor participados y vividos.

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1 comentario

María Elena Robledo marzo 28, 2020 - 9:10 am

Hola Lorena mil gracias por compartir tu saber. Soy María Elena de Mza y me interesa muchísimo seguir formandome. Vos podrías decirme donde puedo estudiar sólo Liturgia? Pertenezco al equipo de liturgia parroquial y diocesano. Es tan rica la liturgia q nunca terminó de descubrir signos nuevos y quisiera ayudar a q más personas puedan descubrir eso q siento y veo. Espero tu pronta respuesta a mi correo robledomariaelena19@gmail.com
Abrazo Fraterno.

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