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Religión del día – Parte II

por Pbro. Juan Rodrigo Vélez
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En el sermón «Religión del día», John Henry Newman explica que dicha religión se fundamenta en un principio mundano: «(…) sin embargo, pretende ser el Evangelio, dejando a un lado toda una parte de él, su carácter austero, y considerándolo suficiente para ser benevolente, cortés, sincero, correcto en conducta, delicado, aunque no incluye verdadero temor a Dios, ni fervoroso celo por su honor, ni odio profundo por el pecado, ni horror a la vista de los pecadores, ni indignación ni compasión ante las blasfemias de los herejes.”

Tal imitación de la religión no admite la autoridad de la Iglesia y sus credos. Por tanto, carece de seriedad alguna; es tibia. No hay verdadera obediencia a Cristo, sólo adulación; es una débil semejanza de la verdadera religión.

Vemos esto hoy por hoy cuando las doctrinas sobre la Eucaristía, el matrimonio y la moral sexual se echan a un lado por falsedades en nombre de la inclusión y de la sensibilidad. El respeto por la vida está desapareciendo. El aborto es considerado un derecho. Según Newman, los hombres sacrifican la verdad por conveniencia y gusto: “Más o menos, han identificado su visión del reino de Cristo con la elegancia y el refinamiento de la mera civilización humana; y han aclamado cada evidencia de una mejor decencia, cada acto benéfico e ilustrado de la política estatal, y todas las buenas regulaciones civiles, como signos de su Señor que está por venir».

Hay otros que no han buscado obedecer a sus conciencias: «(…) que cultivan el intelecto sin disciplinar el corazón, y que se permiten especular libremente sobre lo que la religión debería ser, sin ir a las Escrituras para descubrir lo que realmente es». Consideran que la religión no es más que la religión natural que habla de benevolencia.

En cambio, sabemos, como Newman nos recuerda, que Jesús dijo que debemos esforzarnos por entrar por la puerta estrecha, y que aquellos que no la hacen «irán al castigo eterno».

“Este es el lado oscuro de la religión; y los hombres que he estado describiendo no pueden soportar pensar en ello. Rehúyen de ello como si fuera demasiado terrible. Fácilmente se creen que esas fuertes declaraciones de las Escrituras no pertenecen al presente, o que son figurativas. No tienen un lenguaje dentro de su corazón que responda a ellas. Su conciencia ha sido silenciada».

Estos hombres, como en nuestro tiempo, adoptan una visión superficial de la religión: “(…) que el mundo está, en general, muy bien dispuesto hacia la religión, que debemos evitar el entusiasmo, que no debemos ser demasiado serios, que debemos tener posturas amplias sobre el tema de la naturaleza humana, y que debemos amar a todos los hombres».

Debemos comprender el significado de la carta a los hebreos cuando dice que Dios es un fuego consumidor. El Evangelio es amor, pero un amor que exige: debemos venerar y obedecer a Dios. Hay un falso silencio de conciencia y una falsa paz mental. Necesitamos la verdadera paz de Cristo.

Newman escribe: “El temor de Dios es el inicio de la sabiduría; hasta que lo veas como un fuego consumidor, y te acerques a Él con reverencia y temor piadoso, como pecadores, ni siquiera estarás a la vista de la puerta estrecha».

Y Newman nos invita a tener en cuenta: “El temor y el amor deben ir juntos; siempre teme, siempre ama, hasta el día de tu muerte”. No debemos tener miedo de vivir el Evangelio sin temor. El martirio de hoy es diferente al de la Iglesia primitiva y se presenta en forma de humillación del mundo. La verdadera fe es menospreciada y burlada, incluso por algunos líderes de la Iglesia. Pero Cristo ha vencido al mundo. Como San Juan Pablo II señaló hermosamente: “¡Les suplico! Nunca, nunca renuncies a la esperanza, nunca dudes, nunca te canses y nunca te desanimes. No tengas miedo.»

Artículo original: cardinaljohnhenrynewman.com/religion-of-the-day-part-2/

Traducción: Guiliana Rivas

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