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Juan 7,1-2.10.25-30

por Pbro. Luis A. Zazano
Juan-7,1-2.10.25-30

Evangelio según San Juan 7,1-2.10.25-30.

Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo.
Se acercaba la fiesta judía de las Chozas,
Sin embargo, cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también él subió, pero en secreto, sin hacerse ver.
Algunos de Jerusalén decían: «¿No es este aquel a quien querían matar?
¡Y miren cómo habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías?
Pero nosotros sabemos de dónde es este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es».
Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: «¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen.
Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él el que me envió».
Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía no había llegado su hora.

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El testimonio es uno de los puntos a la cual también estas llamado a trabajar en esta Cuaresma. Para dar testimonio te propongo saberte:

1) Saberte quién eres: Darte cuenta que la clave de tu vida pasa por la identidad, es definirte ¿Podés definirte? ¡Inténtalo! Cuando puedas definirte, podrás conocer tus fortalezas y tus debilidades. Cuando sé quién soy, podré saber dónde estoy parado.

2) Saberte cómo eres: Al tener un autoconocimiento de tu persona, te llevará a saberte cómo “resolver” tus situaciones, es asumir el desafío y enfrentar la realidad, no te podés dar el privilegio de no resolver o dejarlo a otro.

Cuando te sabes cómo actúas ante la situación, te lleva a un auto control y es ello lo que te permitirá dar el testimonio, clave de la “PRUDENCIA”.

3) Saberte de dónde eres: Es también aceptar tus raíces, de dónde venís, tu realidad de vida. Eso tenés que asumirlo y no avergonzarte. Muchas de las actitudes que tenés son cosas que mamaste desde tu niñez. Por ello, mira tu historia y no tengas vergüenza de ello.

Ánimo y a dar testimonio, que es un proceso, pero te aseguro que varios dolores de cabeza te evita. Seguí a Cristo que con él hasta el cielo no paramos. ¡Buen jueves!

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¡Dios te bendiga!. ¡Gracias!


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