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Juan 6,35-40

por Pbro. Luis A. Zazano
Juan 6-35-40

Evangelio según San Juan 6,35-40. 

Jesús dijo a la gente: «Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.
Pero ya les he dicho: ustedes me han visto y sin embargo no creen.
Todo lo que me da el Padre viene a mí, y al que venga a mí yo no lo rechazaré,
porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la de aquel que me envió.
La voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me dio, sino que lo resucite en el último día.
Esta es la voluntad de mi Padre: que el que ve al Hijo y cree en él, tenga Vida eterna y que yo lo resucite en el último día».

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Es pan de vida.

1) Yo Soy: Jesús te recuerda que vos sos alguien importante, vos vales, vos estás llamado a dar vida y a tener vida en este mundo. No sos fotocopia de nadie, vos sos único y auténtico. No hay dos personas iguales en este mundo. No abandones tu caminar, no te tires abajo porque la vida pasa volando, no es que la vida te tiene que dar oportunidades porque la Vida te ama, sos vos el que debe darse oportunidades para vivir.

2) Pan: Estás llamado a ser ese pan partido y compartido, vos tenés que llenar corazones con tus actitudes e intensiones. Vos, sin necesidad de ser cura o monja podés alimentar a mucha gente; a través de tus actitudes cotidianas o simplemente haciendo lo que tienes que hacer.

3 Luján: Hoy celebramos a María de Luján, patrona de Argentina, por ello quiero terminar con la oración por la Patria para que pongamos en manos de ella nuestra tierra:
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación,
una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad
y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad
de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres
y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.

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Un año con Jesús

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