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Mateo 5,1-12

por Pbro. Luis A. Zazano
Mateo-5,1-12

Evangelio según San Mateo 5,1-12.

Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.
Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
«Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron.»

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¡Ser feliz!

1) Se sentó: Jesús toma la actitud de maestro; en aquel tiempo los maestros se sentaban para enseñar. Hoy para que vos enseñes en la vida te tenés que sentar, deja de andar a las corridas y tomate tu tiempo para enseñarnos. ¡Si! ¡A vos te digo! Vos también podés enseñar porque Dios puso algo en vos que es totalmente tuyo y que Dios te regaló para un servicio a esta sociedad. Pero para enseñarnos tenés que sentarte en la vida y no andar tanto a las corridas; ponete a ver que hay veces que no tenemos tiempo ni para sentarnos a tomar un café con un buen amigo, o con tu hijo o con tu esposa o esposo. Ponete a pensar que la vida es corta y vos tenés algo que decir a este mundo, vos tenés que dejar algo porque en este mundo estás para algo y por algo; ¡vamos! Baja un cambio…

2) Bienaventurados: Directamente pongo las palabras del Papa en «Cristo Vive» número 162: «Pero te recuerdo que no serás santo y pleno copiando a otros. Ni siquiera imitar a los santos significa copiar su forma de ser y de vivir la santidad: «Hay testimonios que son útiles para estimularnos y motivarnos, pero no para que tratemos de copiarlos, porque eso hasta podría alejarnos del camino único y diferente que el Señor tiene para nosotros». Tú tienes que descubrir quién eres y desarrollar tu forma propia de ser santo, más allá de lo que digan y opinen los demás. Llegar a ser santo es llegar a ser más plenamente tú mismo, a ser ese que Dios quiso soñar y crear, no una fotocopia. Tu vida debe ser un estímulo profético, que impulse a otros, que deje una marca en este mundo, esa marca única que sólo tú podrás dejar. En cambio, si copias, privarás a esta tierra, y también al cielo, de eso que nadie más que tú podrá ofrecer.»

3) Encontrar a Dios en lo ordinario: Hoy Dios te recuerda que tu santificación pasa en lo cotidiano, en tu casa, en tu laburo, en tu zona cotidiana, en lo de cada día. De vos depende que cada día te sea un cielo o te sea un infierno, ponele fuerza que ¡hasta el cielo no paramos!

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¡Dios te bendiga!. ¡Gracias!


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