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Resultados de abandonar el celular por tres o cuatro horas seguidas

por Pbro. Leandro Bonnin
resultado de abandonar el celular

Les cuento algo muy interesante que me ocurrió por estos días, algo lindo, con consecuencias tan obvias y evidentes como infrecuentes.

Ayer y hoy -y algunos días atrás también- decidí ABANDONAR EL CELULAR tres o cuatro horas seguidas; por ejemplo, al salir a visitar los enfermos.

Algunas de las consecuencias fueron:

  • Ver por muchos más perros y gatos, árboles de todo tipo, plantas de variados colores… escuchar los loros y las calandrias y hasta darme cuenta cuando las hojas de algunos árboles estaban en el preciso instante de desprenderse y caer.
  • Ver muchos más rostros y, en ellos, miradas y sonrisas, y -en ellas- estados de ánimo, alegrías y pesares, bondades y malicias…
  • Estar mucho más atento a cada historia, a cada relato, a cada persona, y no tener que luchar por recuperar la atención a lo concreto y presente frente a la invasión de pensamientos -y sentimientos- provocados por los grupos de whatsapp y sus realidades análogas.
  • Aprovechar pequeños huequitos y silencios para pensar, para reflexionar, para filosofar, sin la compulsiva necesidad de mirar las notificaciones o verificar los me gusta de mi última foto.
  • Estar menos disperso a la hora de celebrar la Misa o de rezar.
  • Y -esto es esencial también- llegar a la noche menos cansado, menos agotado, menos atosigado de cosas. Y es que -esto lo supimos siempre- estar todo el día con el celular como una prótesis es tener muchos «mundos» simultáneamente a disposición; es casi como estar en varios sitios a la vez, o incluso como vivir varias vidas en loca sincronía. Y es que los seres humanos somos tan genios que hemos «inventado» una trampa electrónica y virtual en la cual el nivel de stress -si no lo sabemos manejar con autonomía- puede aumentar de modo exponencial.

Pues bien: se los recomiendo. El celular es algo maravilloso, no lo niego ni medio segundo. Pero saber dejarlo por unas horas es algo tan maravilloso como usarlo.

Si se animan, no sólo por cuatro, sino por 10 o -incluso- por 24 horas, el domingo, por ejemplo.

El mundo seguirá girando, las personas que viven lejos seguirán viviendo, los procesos mundiales económicos y políticos seguirán aconteciendo… Dios seguirá creando.

Y vos recuperarás un poco de la libertad perdida en las redes que -habilísimos- supimos fabricar.

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