Evangelio según San Mateo 11,25-27.
Jesús dijo:
«Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado
estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los
pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo
me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así
como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo
quiera revelar.»
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Acción de gracias.
1) Te alabo: Hay motivos para agradecer a Dios. Te propongo que solo por hoy no seamos pedigüeños, solo por hoy agradezcamos, incluso esos tragos amargos que pasamos en esta vida, capaz que esas heridas vividas en el pasado forjaron a ser esta persona que sos hoy, gracias por esta vida por todo aquello que hay en tu corazón y en tu memoria. Hoy repetí: «gracias».
2) La humildad: La humildad implica «caminar en la verdad», mostrarte como tal, con tus límites y con tus potencias, con todo. En el camino de la humildad la clave es tener los pies bien en la tierra y aceptarte vos como tal y mostrarte a los demás como sos. Esto te llevará a grandezas y una grandeza impagable es tener unidad de vida, ser como sos en todos lados y con todos. Según esto ¿tenés unidad de vida?
3) Sencillo: Ser sencillo es saber que lo que simplemente se busca o buscas es ser feliz, como diría Chaplin: «no tengo todo lo que amo, pero amo todo lo que tengo». Ser sencillo es valorarte vos y valorar lo que tenés.