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Catedral de Lima

por Horacio Espinosa
Exterior de la Catedral y Arzobispado

Inmenso e imponente, se yergue sobre uno de los laterales de la Plaza de Armas de Lima el principal templo católico de la capital peruana: la Catedral. Desde lejos se ven sus altas torres de pizarra y las tres puertas que tantos peregrinos atraviesan cada día.

La historia

En 1532 Francisco Pizarro puso la primera piedra del templo que, como toda la Ciudad de los Reyes, pasó por un proceso de transformación. “La primera iglesia es de madera y muy pequeña. La segunda iglesia también quedó muy corta. Dada la importancia y categoría de la capital del Virreinato, era necesaria una catedral acorde con la categoría de la ciudad”.

La construcción de la Catedral se inició con la fundación de Lima en 1535 y tuvo varias fases; el templo actual se comenzó a edificar en 1572 y fue consagrado en 1625. Tras varias modificaciones y restauraciones a causa de los constantes sismos, se construyeron las torres actuales entre 1794 y 1797.

Existen documentos de la época del virreinato que nos muestran un edificio totalmente diferente al actual. La configuración espacial de la catedral limense era la típica de una catedral española: áreas fraccionadas para definir capillas para cofradías y distinguir la “capilla mayor” del resto del templo, con un coro al frente.

Fue en 1896 cuando una destructiva remodelación, que intentó acomodar la historia a su gusto, destruyó una larga tradición arquitectónica dejando el templo tal cual lo vemos hoy.

Exterior-de-la-Catedral

El templo actual

La Catedral posee una puerta principal y dos laterales, una que da a la Calle de Judíos y otra que da al Patio de los Naranjos.

Una vez en el interior, se aprecian sus tres naves centrales y las dos adicionales que se abren a las capillas laterales. En las naves de los costados hay grandes cuadros en los que aparecen las estaciones del Vía Crucis y, sobre las columnas, otros de los doce Apóstoles.

Las capillas sobresalen por su ornamento, belleza y grandiosidad. Son trece y todas tienen representaciones emblemáticas para la sociedad peruana. Se trata de capillas realmente elaboradas y con gran cantidad de detalles.

El retablo mayor, de estilo neoclásico, está presidido por una imagen de la Inmaculada. 

En la nave izquierda podemos ver en la primera Capilla el antiguo baptisterio, con su pila bautismal. Allí se conserva una hermosa imagen de Nuestra Señora de la Esperanza. Esta escultura forma parte del grupo mariano procesional de la Semana Santa en esta ciudad y preside tradicionalmente los cultos de Cuaresma. 

La capilla de la Antigua, en la parte posterior del coro, perteneció a la Universidad de San Marcos. Durante mucho tiempo, los alumnos de la institución recibieron sus grados académicos allí. El retablo de esta Capilla está dedicado a la Virgen patrona de la Universidad desde 1627. Contiene dos estatuas de madera, una es de San Marcos y la otra, de Santo Tomás de Aquino.

La sillería del Coro es impresionante, flanqueando el altar mayor se pueden ver en los respaldos figuras de numerosos santos y santas. En un primer momento, el coro estuvo ubicado frente al altar mayor.

Otra capilla que llama la atención es la de los Santos Peruanos. Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres, San Juan Masías y San Francisco Solano convierten a esta capilla en una de las favoritas de los hermanos peruanos que se acercan hasta la Catedral.

Por otra parte, originalmente dedicada a la santa limeña poco después de su canonización, la capilla de Ntra. Sra. de la Evangelización, es una de las pocas que conservan su altar barroco original.

Otra capilla que convoca a muchos fieles es la de la Virgen de la Paz, ya que aquí se reserva el Santísimo Sacramento. En la pared izquierda hay un cuadro muy bonito de San Juan Evangelista, patrono de la Catedral, dándole la Comunión a la Virgen.

La iglesia posee criptas a las que se puede acceder desde un costado del altar mayor. Allí se realizaron los entierros en la Lima colonial hasta la apertura del cementerio Presbítero Maestro. Pueden apreciarse las costumbres funerarias que tenían sobre todo las personas de clases más pudientes.

La visita

Llegué al lugar un día de semana con la idea de ir a conocerla, no sabía bien con qué tipo de edificio me iba a encontrar.

Realmente, el templo es inmenso y quizás por este motivo un tanto frío, pero como en todos los lugares uno debe buscar al Señor sin importar cuán grande o lujoso sea el entorno.

Mientras recorría la Catedral, todos los detalles arquitectónicos me parecían maravillosos. Sin embargo, al llegar a la Capilla de los Santos Peruanos comencé a notar que a la gente que oraba allí poco le importaban las paredes y ornamentos. Lo trascendental para ellas era estar allí hablando con su amigo Santo, quizás pidiendo su intercesión ante Dios o agradeciendo algún favor recibido. Al advertir esto, me di cuenta de que ya estaba encontrando algo especial, más allá de la belleza del edificio histórico.

Continué mi recorrido y llegué a la Capilla de la Virgen de la Paz. En ese sitio el Espíritu Santo se hizo presente, incliné mis rodillas ante el Santísimo y si gracias por haberme permitido conocer este hermoso templo.

Tips de Viajero

  • De lunes a viernes, los horarios de visita son de 9 de la mañana a 5 de la tarde y el ingreso tiene un costo de 10 Soles (que es la moneda local).
  • Dentro del inmenso templo, hay lugares en donde uno se puede regalar un momento íntimo con el Señor.
  • Recorran la Plaza de Armas.
  • Disfruten de los famosos balcones de Lima.
  • El centro histórico de Lima es patrimonio de la humanidad, admírenlo.
  • Notarán muchas fachadas de color amarillo, esto fue en honor a la primera visita de San Juan Pablo II a Lima.
  • No se pierdan la Catedral iluminada.

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