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Amor, misericordia y perdón

por Card. Rubén Salazar Gómez
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Hoy nos vamos a encontrar con dos parábolas hermosísimas del Evangelio de san Lucas, vamos a escucharlas con atención porque son dos parábolas que nos revelan el corazón de Dios nuestro padre, y que nos invitan a que nosotros tengamos un corazón como el, como el corazón de Dios que es amor misericordia y perdón:

Del santo Evangelio según SAN LUCAS 15, 1-32

Todos los recaudadores y pecadores se acercaban a escuchar a Jesús. 
Entonces los fariseos y los escribas empezaron a criticarlo. 
Decían: «Este hombre acepta a los pecadores y hasta come con ellos.» 
Jesús les dijo esta parábola: 
«Si uno de ustedes tiene cien ovejas, y se le pierde una, ¿no deja las otras noventa y nueve en el campo, y se va a buscar la que se le perdió hasta que la encuentra? y apenas la encuentra, seguro que se la echa a los hombros lleno de alegría, y al llegar a la casa llama a los amigos y vecinos y les participa su felicidad diciéndoles: 
‘¡Qué alegría! ¡Encontré la oveja que se me había perdido!’ Pues yo les digo que lo mismo sucede en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos  que no tienen necesidad de arrepentirse.  «y si una mujer tiene diez monedas de plata y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa  y busca con cuidado su moneda hasta que la encuentra? y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas  y les participa su felicidad diciéndoles: 
‘¡Qué alegría! [Encontré la moneda que se me había perdido!’ Pues yo les digo que así es la alegría que hay entre los ángeles de Dios  por un solo pecador que se arrepiente.» 

Palabra del Señor.

Transcripción de La Voz del Pastor del 15 de septiembre de 2019

Las dos parábolas que acabamos de escuchar en el Evangelio de Lucas, tienen una gran importancia porque si bien todo el Evangelio de Lucas es un Evangelio en el cual se acentúa la misericordia de Dios hacia los seres humanos, y por lo tanto se nos hace una invitación permanente a que seamos misericordiosos.

 Con estas dos parábolas como que entramos de una manera especial en el corazón mismo de Dios, se nos presentan dos imágenes, la del hombre pastor que tiene unas ovejas, se le pierde una, y dejan las que tiene para irse a buscar a aquella que se le ha perdido, y cuando la encuentra entonces se llena de gozo, o la mujer que tiene diez monedas se le pierde una y no está tranquila hasta que encuentra la moneda perdida y también se llena de alegría.

 ¿Qué nos quiere decir el Señor con estas palabras? en primer lugar que eres un padre al cual le cortamos nosotros cada uno de nosotros, es importante para Dios no podemos en ningún momento pensar que Dios no nos tiene en cuenta, no, si él nos ha dado la vida es porque nos ama y por lo tanto nuestra vida le importa le interesa y si nos alejamos de él, él nos va a buscar él está permanentemente buscándonos, en el texto del apocalipsis se nos dice que el Señor está permanentemente llamando a la puerta del corazón de cada uno de los seres humanos, tenemos que tener conciencia clara de eso somos importantes para Dios, y él permanentemente nos está buscando, ¿por qué nos ama? nos ama como el pastor ama las a las ovejas, nos ama como esta mujer busca la desesperadamente la moneda que se le ha perdido.

 Entonces tenemos que dejarnos encontrar por Dios, tenemos que dejarnos encontrar por Dios no le pongamos más resistencia desafortunadamente nosotros vivimos de tal manera distraídos pensando en tantas cosas, buscando tantas cosas, que no nos interesa oír la voz del Señor, no nos interesa que él nos busque no nos interesa que él permanentemente esté llamando a nuestro corazón, pero desafortunadamente por no ponerle atención por no abrirle las puertas de nuestro corazón, entonces nos perdemos nos perdemos de participar en esa inmensa alegría del cielo en esa inmensa alegría que él nos da dándonos su amor, si nosotros de verdad abrimos nuestro corazón al Señor entonces no importa que nuestra vida haya estado llena de pecados que nuestra vida haya estado incluso llena de crímenes, no importa porque el perdón, y el perdón a todo absolutamente todo, si nos acercamos a él con un corazón dispuesto a cambiar, con un corazón arrepentido, con un corazón que verdaderamente busca una transformación interior, y él nos acoge, y no solamente nos acoge, sino que así como nos dicen las dos parábolas se llena de alegría.

 La alegría de Dios tiene que ser nuestra propia alegría también, y por lo tanto vivir nuestra existencia siempre llena de alegría, si nosotros tenemos a Dios en nuestro corazón, si sabemos que Dios nos ama y que nosotros estamos en una profunda comunión con él, entonces toda nuestra existencia será alegría, será paz, será gozo, no importa en las dificultades, los problemas, las angustias, las enfermedades, la muerte, no importa, todo será alegría, porque tenemos esa certeza absoluta de que estamos con Dios, de que hemos hecho el camino que nos permite acercarnos a él, y llegar a una comunión profunda con él.

 Para eso es necesario escuchar su palabra, para eso es necesario acercarnos a los sacramentos, especialmente al sacramento de la penitencia para que se nos perdonen nuestros pecados, al sacramento de la eucaristía, para alimentarnos de su cuerpo y de su sangre y tener en nosotros su vida, para eso es necesario abrir nuestro corazón al amor, amando a él, amando a los demás, abrir el amor a los más pobres, a los más necesitados, que bueno que nuestra vida verdaderamente se llene de esa paz, y esa alegría, el Señor está dispuesto a darnos siempre su amor, acojámosla.

La bendición de Dios todopoderoso, Padre Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes, y permanezca para siempre Amén.

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2 comentarios

Paula septiembre 16, 2019 - 7:05 am

Amen.

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Lorena Zarantes septiembre 16, 2019 - 2:43 pm

Es verdad Padre Dios perdona los pecados, pero si deberás lo amamos,si deberás lo conocemos haremos todo lo posible de no hacer las cosas malas que lo disgustan el que –
De deberás conoce a Dios y lo tiene en su corazón, siente esa paz que el sólo puede dar
Y aunque el mundo se caiga
Tu confías en el y nada te puede pasar.

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