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Ningún siervo puede servir a dos señores

por Card. Rubén Salazar Gómez
Arm und Reich oder Krieg und Frieden

El Señor sigue enseñándonos por medio de parábolas, como debe ser nuestra vida, como tenemos que vivir para ser felices, como tenemos que vivir para verdaderamente hacer que nuestra vida esté llena de sentido, en plenitud, y por lo tanto podamos repito ser felices escuchemos con atención:

Lectura del santo evangelio según san Lucas 16,1-13:

Siguió Jesús hablando en parábolas y les dijo a sus discípulos:  «El que es digno de confianza en lo más pequeño,  lo es también en lo grande.  y el que es de mala fe en lo más pequeño,  también es de mala fe en lo grande.
Si no merecen confianza en el manejo de la falsa riqueza,  nadie les va a confiar la verdadera.
Y si no merecen confianza en el manejo de los bienes ajenos,  nunca serán dueños de los bienes que quiere darles Dios.
Ningún siervo puede servir a dos señores.  Pues despreciará a uno por querer al otro,  o al menos atenderá a uno y al otro lo descuidará. 
No es posible servir a Dios y al dinero.»

Palabra del Señor.  

Transcripción de La Voz del Pastor del 22 de septiembre del 2019

Es una parábola que no es muy fácil de entender, pero indudablemente el Señor quiere decirnos que en los asuntos humanos, la gente es sumamente hábil, y hace todo lo posible por resolver los problemas, por tratar de solucionar las cosas que se presentan con gran habilidad, y entonces él dice que ojalá también nosotros fuéramos lo mismo en nuestra vida, que fuéramos verdaderamente capaces de solucionar el sentido fundamental de nuestra vida, es decir llenar nuestra vida de amor, llenar nuestra vida de paz, llenar nuestra vida de alegría.

 Ahora hay una hay un sinsentido que es muy fácil en el cual podemos nosotros caer sin darnos casi cuenta, pensamos con mucha frecuencia que el sentido de nuestra existencia nos lo pueden dar cosas materiales, pensamos que si tenemos plata, si tenemos mucho dinero, vamos a tener una vida con sentido, una vida alegre, una vida feliz,  pensamos que si estamos bien de salud entonces estamos muy bien también pensamos que si tenemos todo lo que necesitamos en cualquier campo empleo, vivienda, todas las cosas entonces estamos bien pensamos que esas cosas materiales son las que nos dan felicidad, y son las que nos dan es verdaderamente el sentido fundamental a nuestra vida, pero nosotros sabemos también perfectamente que con mucha frecuencia todas esas cosas desaparecen, podemos hoy tener dinero y mañana al paso hay una quiebra casual y una recesión, se pierde el empleo cualquier cosa y nos quedamos sin dinero, entonces qué vamos a hacer infelices.

 Estamos bien de salud pero mañana podemos caer enfermos, entonces porque estamos enfermos vamos a ser infelices, podemos tener todo lo que necesitamos y darnos gusto en todas las cosas pero mañana no vamos a poder hacerlo por cualquier circunstancia, ¿entonces qué vamos a hacer infelices? sobre todo el dinero, el dinero pensamos que si tenemos dinero ese es la panacea, es lo que nos va a solucionar todos los problemas es lo que nos va a dar la felicidad del corazón, no, nosotros constatamos que nuestras entonces la respuesta es no, no vamos a ser infelices, y ni cuando estemos pobres, ni cuando estemos pasando necesidad, y ni cuando estemos enfermos y cuando las cosas se nos vayan complicando de tal manera que no vayamos a poder vivir según como queremos no vamos a ser infelices, ¿pero como? cuál va a ser verdaderamente lo que podríamos llamar nosotros el truco para no ser infeliz en esas circunstancias, si descubrimos que hay un valor más importante y fundamental que es el amor, el amor a Dios y el amor a los demás los psicólogos todos nos dicen, el ser humano ha sido creado para amar y para ser amado, ahora nosotros tenemos la certeza absoluta de que Dios nos ama, entonces siempre somos amados aun cuando alrededor nuestro alguien no nos ame,  nosotros sabemos que Dios nos ama, y entonces ahí tenemos solucionado podríamos decir así nuestra ansia de amor Dios nos ama y yo me siento amado por él y me siento amado por él porque él me ha dado a su hijo Jesucristo que murió en la cruz por mí y que resucitando me ha dado su espíritu para que yo pueda tener la vida en mí, y no solamente eso sino que siempre seré capaz de amar de amarlo a él como mi padre, como mi hermano, como mi guía, pero de amar a los demás también, en cuanto a los demás no me amen, yo puedo amarlos yo soy capaz de ir más allá de cualquier antipatía de cualquier odio de cualquier cosa puedo amar y entonces si voy a ser feliz porque voy a tener el eje fundamental de la existencia, sin plata, enfermo, perdóneme la palabra bien fregado, pero feliz ,porque tengo a Dios en mi corazón y ese Dios en mi corazón me hace irradiar amor a los demás eso es lo que el Señor nos quiere decir con esta parábola,  qué bueno que lo pongamos en práctica en nuestra vida de todos los días qué bueno que nosotros comprendamos que nuestra felicidad es decir que el sentido de nuestra existencia, no depende de las circunstancias, ni de los bienes materiales, que no depende de nada porque porque tenemos a Dios en el corazón, y él es la fuente del amor de la paz de la felicidad y así nos va guiando a lo largo de la existencia, para que seamos capaces de enfrentar todas las situaciones, todas las dificultades, todos los problemas, las vamos a saber enfrentar, con valentía, con arrojo, con capacidad de discernimiento, con prudencia, con paciencia, con sabiduría, es decir vamos a tener todos los elementos fundamentales que necesitamos para poder vivir siempre en paz y en alegría es decir felices.

 La bendición de Dios todopoderoso, Padre Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre, Amén.

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