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Mateo 18, 12-19

por Pbro. Luis A. Zazano
Mateo 18, 12-19

“12»¿Qué os parece? Si a un hombre que tiene cien ovejas se le pierde una de ellas, ¿no dejará las noventa y nueve en el monte y saldrá a buscar la que se le había perdido? 13Y si llega a encontrarla, os aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se habían perdido. 14Del mismo modo, no es voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda ni uno solo de estos pequeños.”

“15»Si tu hermano peca contra ti, vete y corrígele a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. 16Si no escucha, toma entonces contigo a uno o dos, para que cualquier asunto quede firme por la palabra de dos o tres testigos. 17Pero si no quiere escucharlos, díselo a la Iglesia. Si tampoco quiere escuchar a la Iglesia, tenlo por pagano y publicano.

18»Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.

19»Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra sobre cualquier cosa que quieran pedir, mi Padre que está en los cielos se lo concederá. 20Pues donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”

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Próximo Miércoles 11 de diciembre 21 horas de Argentina. Cupo Limitado.
Dictado por el P. Luis Zazano

Dios va por todo y a todos

1) La oveja: a Dios le importa cada persona. No busca la masa ni los números, busca uno por uno. Creo que como cristianos tenemos que seguir esto, ir uno por uno. Creo que seguimos fantaseando con multitudes y no, disculpá pero los católicos ya hace tiempo que no somos multitud y no podemos evangelizar por multitud. Debemos ir uno a uno, como hacían los apóstoles y los primeros cristianos. Hoy es necesario que hagamos sentir parte de nuestra cristiandad a cada uno que busca a Dios y no hacer sentir ajeno a nadie, no somos un club que si no paga o no cumple ciertas normas no puede ser socio.

2) La alegría: la alegría en este tiempo de adviento es que vuelvas a Dios. Desintoxicáte de aquello que no es Dios, volvé a la oración y a los sacramentos. La alegría de Dios es que vuelvas a reencontrarte con Él y las cosas de Él pero en la oración y no en el supermercado o en góndolas de navidad. Este es tiempo de reencontrar a Dios en el Sagrario y cuidado con el consumismo que absorbe, allí están cosas de Dios pero no Dios.

3) Los pequeños: para Dios sos siempre los más preciado y hermoso. Sos eso que Dios amó para siempre y te ama para siempre. Sentíte querido y amado, date siempre la oportunidad de vivir esta vida y de seguir adelante. Más allá de errores y caídas, Dios te sigue pidiendo que vos te des la oportunidad de seguir y luchar por la eternidad. La vida eterna. #caminoabelen


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