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Juan 1,29-34

por Pbro. Luis A. Zazano
Juan-1,29-34(1)

Evangelio según San Juan 1,29-34.

Al día siguiente, Juan vio acercarse a Jesús y dijo: «Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
A él me refería, cuando dije: Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo.
Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que él fuera manifestado a Israel».
Y Juan dio este testimonio: «He visto al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y permanecer sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ‘Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo’.
Yo lo he visto y doy testimonio de que él es el Hijo de Dios».

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Saber para qué estamos

1)Juan: Es la figura de nosotros, los cristianos. Es saber que somos enviados pero que no somos el Mesías. La humildad de Juan es clave para nuestras vidas. Te invito a que reveas tu humildad y yo también reveré mi actitud de humildad. Capaz que hemos corrido a Jesús del escenario y me puse yo o te pusiste vos. Uno solo es el Mesias. Y es Jesús.

2)La misión: Todos estamos en este mundo para algo. Tenemos un camino que vivir y una lucha que enfrentar. En esta vida se gana y se pierde, pero recordá que para ganar hay que perder. Eso implica que tenés que aprender a renunciar a ciertas cosas. Lucha por lo que amas y acepta la misión que Dios te puso en este mundo.

3) El Espíritu: La fuerza del Espíritu es un punto al que vos y yo debemos recurrir. Qué él nos dé sus siete dones para enfrentar la misión que nos da. Que me dé sabiduría para saborear la vida y no quedarme con solo amarguras. Que me dé la ciencia para saber elegir bien ante una toma de decisión. Que me dé el entendimiento para comprender que todo es para algo y por algo. Que me dé la fortaleza para seguir caminando cuando el camino de mi vida se pone pesado. Que me dé el consejo a través de personas que me rodean para no equivocarme y no herir a los que me quieren. Que me dé el Temor de Dios para recordar que soy limitado y que no puedo con todo, que hay un ser superior que es Dios y yo soy una creación de él. Que me dé piedad para saber orar y tener esa visión sobrenatural para recordar que todo no se acaba en esta vida. Que nos dé la gracias de seguir encontrándonos día a día. Y te mando un fuerte abrazo en Cristo y María

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¡Dios te bendiga!. ¡Gracias!


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