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Lucas 5,12-16

por Pbro. Luis A. Zazano
Lucas-5,12-16

Evangelio según San Lucas 5,12-16.

Mientras Jesús estaba en una ciudad, se presentó un hombre cubierto de lepra. Al ver a Jesús, se postró ante él y le rogó: «Señor, si quieres, puedes purificarme».
Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Lo quiero, queda purificado». Y al instante la lepra desapareció.
El le ordenó que no se lo dijera a nadie, pero añadió: «Ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Su fama se extendía cada vez más y acudían grandes multitudes para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades.
Pero él se retiraba a lugares desiertos para orar.


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Se le fue la lepra

1)Cubierto de lepra: Hoy podemos ser vos y yo que tengamos heridas que nos cubren la vida, heridas que no nos dejan mostrarnos a los demás como verdaderamente somos. ¡Cuántas heridas y cuánto te lastimaron en tu vida! Cuando estás herido, dolido, golpeado y humillado te cambia la identidad, tu forma de ser y tu carácter. Cuántas personas para no mostrar sus heridas y dolores no muestran su verdadero rostro y se esconden en una máscara de hierro y se hacen los duros. Hay otros que son todo lo contrario, se lastiman más y se autoflagelan para que sigan sangrando las heridas y todos los que lo rodean o la rodean sientan culpa, porque solo quiere mostrar las heridas para victimizarse y así todos centren su mirada en él o en ella. Eso es cubrirse de heridas pero no sanar heridas.

2)Jesús tocó: El acercarse a Dios sana, lava las heridas, pero la clave de esto es querer sanarse. Hay veces que veo personas que no quieren curar sus heridas, como que se encaprichan con quien lo lastimó o la lastimó y no quieren soltar. Abandónate en Jesús y busca la manera de dejarte sanar por él, pero comienza queriendo curarte. Déjate ayudar, déjate tomar por Dios. Si no te dejas ayudar no podrás sanar, déjate aconsejar por la gente que te quiere, déjate acompañar. Es clave que dejes el orgullo y la autosuficiencia de lado. Busca el alivio y el sostén. Hoy ¿cuáles son las heridas que quieres sanar?

3)Orar: Jesús vuelve siempre a su centro: «la oración». En esto me saco el sombrero a las comunidades ortodoxas y orientales, cuando veo a los monjes del monte Athos, o las celebraciones ortodoxas, me impresiona ver tanta espiritualidad y tanta presencia de Dios. Un libro que me encantó y me ayudó muchísimo en mis inicios fue «el peregrino ruso». Si bien es de espiritualidad ortodoxa me llevó a comprender que lo esencial es estar con Jesús y hablar con él. Nosotros , los occidentales, tenemos la fama de ser acelerados y tener más acción que contemplación. Baja un poco las revoluciones y busca esos minutos de estar a solas y hablando con Dios a tu manera, para recordar quién eres y hacia dónde tiendes.

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Un año con Jesús

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1 comentario

Ernesto Miqueo enero 11, 2020 - 5:30 pm

Excelente el recuerdo de la lectura de «Un peregrino ruso». Muchas gracias por mencionarlo, adhiriéndome fervientemente a la indirecta recomendación por su lectura. Rememoro -sin tenerlo a mano- su explicación sobre el rezo del padrenuestro. Mi fraternal saludo. Ernesto.

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