Evangelio según San Marcos 1,40-45.
Se acercó a Jesús un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: «Si quieres, puedes purificarme».
Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Lo quiero, queda purificado».
En seguida la lepra desapareció y quedó purificado.
Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente:
«No
le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por
tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de
testimonio».
Sin
embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo,
divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar
públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en
lugares desiertos. Y acudían a él de todas partes.
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El leproso imprudente
1)La lepra: Hoy existen leprosos espirituales. Personas que tienen heridas a flor de piel y que al estar lastimadas y no curarse terminan lastimando a los que se acercan. Por eso se terminan o se las termina aislando a este tipo de personas. Otra de las cosas es que tienen olor, son tóxicas, porque lo único que hacen es hacer pasar malos momentos o momentos de tensión. No disfrutan de la vida y no dejan disfrutar a otros de la vida, hasta te hacen sentir mal a vos de cosas que vos no tenés nada que ver. Cuánto debo pedirle a Jesús que me cure también a mí de esto, porque hay veces que pongo palos en la rueda a los que me rodean o le busco la quinta pata al gato o busco que el que me cuenta algo lindo tenga algún defecto como para dejarle algo de preocupación y que no se alegre tanto. Curame Jesús.
2) No digas: La prudencia hoy es una de las virtudes que debemos trabajar mucho. Saber que hay momentos en los que decir las cosas y momentos en los que no. En este sentido fijate lo que escribís y publicas en las redes sociales. Fijate lo que hablas y con quién. Hay veces que la lengua se nos estira de más… hasta el aprender a cambiar de tema cuando la charla se pone un poco pesada o saber darte cuenta cuándo quieren sacarte información de alguien. La prudencia… cuánto hoy se necesita.
3)Desierto: Ese momento de soledad que vive Jesús es su potencial para su relación con la multitud. Cuán importante es tener tiempos para estar solo. No dejes que ese hiper-activismo que tienes te lleve a olvidarte de vos. Busca tu espacio y tu tiempo, tu momento de estar sólo te llevará a un buen relacionamiento posterior con los demás. Y cierto….les debía: los tres pilares de la Iglesia son: SAGRADA ESCRITURA, TRADICIÓN y MAGISTERIO.
1 comentario
Cuantas veces somos tóxicos y ponemos palos en la rueda. Por eso pido este día que Jesús me cure. Que Jesús me sabe. Amén. Muy linda homilía. Gracias Padre Luis.