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Un Camino de Santiago sin final

por Editor mdc
Santiago Apóstol

¿Se termina alguna vez de hacer el Camino de Santiago? La impresión de Marcelo Armando Palmili Rodríguez , el autor de estas líneas, es que no. De que aún lo sigue transitando. Aquí él nos comparte su experiencia.

A fines de mayo de 2017 comencé, sin preparación previa, el Camino de Santiago desde la ciudad de Vigo. Digo sin preparación previa porque no fue algo ensayado ni tomado en serio. Me había enterado de la existencia de ese camino de peregrinación unos meses antes de mi viaje a Europa, charlando con el cura de mi parroquia y un matrimonio de feligreses amigos.

Es así que llegué a Vigo con mucho entusiasmo pero sin entrenamiento. Tengo que decir que lo interpreté como un camino más. No tenía muchas expectativas puestas en el resultado, pero, para mi sorpresa, desde el primer día que puse un pie en el sendero todo cambió drásticamente.

Ya el primer día, cuando llevaba unos quince minutos caminando, con la mochila a cuestas, se me acercó un cartero que se desvió de su itinerario para interceptarme y decirme que había equivocado la ruta, y que debía subir una pendiente muy pronunciada y escarpada en un cerro para tomar el camino que conducía a mi primera parada.

Este cartero fue la primera señal que se me presentó en el camino. Una persona solidaria con un desconocido que se acerca para rectificar su camino y señalarle el destino.

Al llegar arriba ya empezaba a sentir molestias en la plantas de mis dos pies, las que luego de unas horas se transformaron en ampollas que me acompañaron todo el camino.

De misa en misa

Con el correr de los días fui participando en misas en los distintos pueblos por los que pasaba y me alojaba. Me llamó la atención que cada vez que llegaba a una parroquia o capilla lo hacía justo cuando comenzaba la misa y no por que lo hiciera siempre en el mismo horario. Tenía la sensación de que me estaban esperando para comenzar con la misa.

Así fue que descubrí, entre otras cosas, que en un pequeño poblado de nombre Padrón se encuentra erigida la parroquia “Santiago de Padrón”, alrededor de una columna donde se ató la barca que trajo los restos del apóstol Santiago. También es dable destacar que Santiago en vida comenzó la peregrinación desde el puerto de Padrón hacia el norte, dando inicio a la tradición Jacobea.

Durante todo el camino me cruzaba una y otra vez con un matrimonio alemán de alrededor de 60 años cada uno, y sin tener amistad ni hablar el mismo idioma cada vez que nos cruzábamos nos saludábamos con el famoso saludo de “!buen camino!”.

Camino de Santiago - Santiago Apostol.

Dulce Santiago de Compostela

Fue así que al llegar a la ciudad de Santiago de Compostela y luego de visitar al santo y conseguir alojamiento, me senté a comer en un restaurante. Mientras estaba absorto escribiendo la bitácora del viaje me encuentro sorprendido por una mano que me pasa desde atrás por sobre mi hombro izquierdo y me ofrece un caramelo. Caramelo que se veía empequeñecido en los dedos de semejante mano. Me sorprendo y automáticamente miro el rostro de la persona que me hacía el ofrecimiento. Con gran sorpresa veo que era el hombre de este matrimonio que con una sonrisa me ofrecía el caramelo mientras su esposa estaba parada a su lado también sonriendo. Mi reacción inmediata fue ponerme de pie y luego de unos instantes los tres nos abrazamos conmovidos y entre lágrimas nos dijimos “!BUEN CAMINO!” para luego no vernos nunca más.

Descubriendo a Santiago

Peregrino - Santiago De Compostela
Marcelo, un feliz peregrino.

Durante la caminata iba descubriendo distintos aspectos de la vida del apóstol y su relación con la Virgen del Pilar. Ya que cuenta la tradición que Santiago huyendo de los pobladores de Galicia que iban a matarlo y cuando estaba regresando a Tierra Santa, se apareció ante él la Virgen María sobre un pilar de mármol y lo conminó a regresar en su peregrinaje tal y como había mandado su hijo Jesucristo con el propósito de llevar la palabra a todos los confines del mundo.

La verdad que yo pensaba que mi experiencia iba a concluir con el arribo a Santiago de Compostela, hacer el trámite para obtener, valga la redundancia, mi Compostela, participar de la misa de los peregrinos y abrazar al santo. Resulta que dos años después en un nuevo viaje a Europa, y luego de visitar durante poco más de un mes varias ciudades me encontraba en Madrid. Estando en la capital española, vi que me quedaban 5 días para abordar el vuelo que regresaba a Argentina desde  Barcelona. Miré un mapa y me fijé qué ciudad o pueblo se encontraba entre Madrid y Barcelona y que yo no conociera como para ir un par de días.

A Zaragoza, vaya uno a saber por qué

No sé por qué elegí Zaragoza y me encaminé en esa dirección. Alquilé un hostal por internet y una vez llegado al lugar, y después de dejar el equipaje en mi habitación, hice lo que cualquier turista: salir a caminar para reconocer los lugares importantes.

Así las cosas me encuentro una basílica gigantesca. Gigantesca fue mi sorpresa al enterarme que es la basílica construida a la Virgen del Pilar ya que in situ se encuentra el pilar de mármol donde se apareció la Santa Madre al apóstol Santiago.

Mi asombro no termina allí, ya que esa basílica posee dos agujeros en el techo (uno en medio de un friso de Francisco de Goya) hechos por dos bombas que se arrojaron durante la guerra civil española con el objeto de destruir la construcción, las que no explotaron (sólo perforaron el techo) y se encuentran exhibidas junto al altar.

En mi experiencia personal siempre digo que hay un antes y un después de haber hecho el camino de Santiago y tengo la humilde sensación de que aún lo sigo caminando.

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3 comentarios

Susana Leiva abril 28, 2020 - 11:10 am

Qué increíble experiencia!!!! Conmueve conocerla. Dios lo bendijo mucho

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amedina1978 abril 28, 2020 - 11:48 am

Hermoso testimonio, seguimos siempre caminando en la busqueda de aquel que puede llenar todos nuestros anhelos mas profundos.

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Jose Jorge Sevilla junio 5, 2022 - 10:53 pm

Hoy el Señor Marcelo Palmili nos ha dejado.
Hombre de valores muy altos, de exquisita experiencia, aventurero de alma y de muchos amigos.
Quienes lo conocimos, sabemos de su gran sabiduría.
Hoy inicio otro viaje, el camino hacia el Señor.
Te recordaremos siempre con cariño querido Marcelo.
Promoción 57 de la Escuela de cadetes de Policía General San Martín, provincia de Mendoza -Argentina

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