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Juan 21,15-19

por Pbro. Luis A. Zazano
Juan 21, 15-19

Evangelio según San Juan 21,15-19.

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer, dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». El le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos».
Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». El le respondió: «Sí, Señor, sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas».
Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.
Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras».
De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: «Sígueme».

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¿Me amas?

1) Llamó: el llamado es personal y es la invitación a que hagas algo por los demás, pero siendo plenamente vos. Esto nos recuerda Jesús en Pedro; Pedro lo había negado y hasta se había distanciado… pero Jesús no llama una sola vez, llama muchas veces y te pregunta lo esencial: ¿lo amas? El llamado de Jesús es que seas plenamente vos y hagas lo que te hace feliz para que produzca felicidad, porque el llamado que Dios hace en vos es un bien para darlo al otro.

2) Apacienta: es muy pedagógico, Jesús primero te llama y te pregunta en la libertad si querés o no querés agarrar un estilo de vida que Jesús te propone, pero luego te presenta la tarea concreta. Vos y yo tenemos, según nuestra vocación, la tarea de «apacentar» es decir: estar atentos al otro. Buscar dar vida a los otros y en los otros. Date cuenta que esta vida es corta, que el tiempo se pasa volando y el tiempo no se puede recuperar, lo que pasó, pasó y no vuelve más. El cristiano está llamado a acompañar y pastorear, hacer la vida más hermosa del otro y no complicarle la vida; tu vida vale y no podés vivir amargado y caído, como tampoco tenés que vivir una vida para complicar la vida a otros; tu vida y tu presencia debe ser un alivio para tus cercanos más que un peso.

3) Conocer: en el caminar de tu vida enfrentarás grandes cosas, pero lo que más te costará será enfrentarte a vos mismo. Hay algo muy bueno que vos tenés para darnos a la sociedad, a tu familia, a la gente que te quiere y apuesta en vos. ¿Sabes eso que te hace distinto a los demás? Si lo sabes: ¡apacentá!

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1 comentario

ana alvarellos mayo 29, 2020 - 8:55 am

Nosotros vivimos el momento presente, deberíamos vivir la vida en el momento que estamos viviendo y no pensando en el después. Pedro tenía que entender bien la importancia de sus errores y cosechar sus frutos para la vida, por esta razón Jesús le pidió tres veces que lo amara así como era. Jesús no quiere un súper Pedro capaz de hacer todo, pero quiere un Pedro humilde y consciente de ser frágil y débil, pero también seguro de ser perdonado y salvado por el amor de Jesús. Lamentablemente es fácil sobreponerse a la presencia de Jesús en nosotros y decidir y hacer y “apurarnos” a hacer todo según una lógica mundial y no escuchando la voluntad del Padre que nos habla y nos ha hablado en las palabras del Evangelio. Sigamos adelante, humildes y simples en sus manos, y respondamos ofreciéndoLe nuestra vida, a su pregunta: ¿me amas?

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