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Meditación del 19 de Junio

por Pbro. Luis A. Zazano
Mateo 11, 25-30

Evangelio según San Mateo 11,25-30.

Jesús dijo:
«Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.»
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.»

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a Misioneros

Vengan a mí.

1) Los pequeños: es el tinte que nos presenta Jesús, hacernos pequeños y sencillos en esta vida. Confiar más en Jesús es saber que uno tiene límites y debe aceptarlos como tal. En este día del Sagrado Corazón estamos invitados a mirar la grandeza que hace Dios en nuestra pequeñez y todo lo que Él puede obrar si solo confiamos en Él. No tengas miedo de tus debilidades, sino más bien acepta y convive con ellas para saber que tu seguridad está plenamente en Dios.

2) Manso: el amansar es una estrategia que deja mucha enseñanza. Viene de cómo se amansa un caballo o un animal. Eso significa que el animal reconozca la mano de su dueño. Hoy Jesús quiere amansar tu corazón y desea que reconozcas su mano en tu vida. Y recordar que Él no deja de obrar en ti. Como diría San Agustín, «el Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti».

3) Agobiados: en esta fiesta del Sagrado Corazón lo vivimos de una manera diferente y le entregamos a Él esta situación concreta que vive nuestra humanidad, porque estamos cansados y agobiados. Nos ponemos en su divino Sagrado Corazón y le decimos:
«A las puertas de vuestro Corazón vengo, pues hoy; y llamo, y pido y espero. Del mío os hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega. Tomadlo Vos, y dadme en cambio lo que sabéis que me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad. Amén».

Un año con Jesus

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1 comentario

ana alvarellos junio 19, 2020 - 1:53 pm

No soy yo quien dice que soy o no soy pequeño y que recibo las cosas bellas y hermosas que el Señor comparte por amor. Será la realidad acogida, la vida cotidiana tomada con la alegría de estar con Jesús la que traerá a mi espíritu esa sabiduría sobrenatural que te transforma y te da paz. No será nunca mi esfuerzo o mi voluntad lo que hará posible esto y el poder compartir el conocimiento de la persona de Jesús. Acoger la vida llena del amor de Cristo en cada detalle, en cada persona que encontramos, sin negarse a nadie, sin elegir nada, sin miedo al vacío, compartiendo todo con todos y siempre regalando todo lo que el Señor te pone en tu corazón. Yo no tengo nada para poderlo dar, pero Jesús se entrega totalmente, siempre, nos da hasta Su misma Vida y su corazón enamorado de nosotros.

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