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Meditación del 20 de Junio

por Pbro. Luis A. Zazano
Lucas 2, 41-51

Evangelio según San Lucas 2,41-51.

Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua.
Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre,
y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta.
Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos.
Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él.
Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.
Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Jesús les respondió: «¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?».
Ellos no entendieron lo que les decía.
El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.

Cada vez que visitas nuestros anunciantes estas ayudando
a Misioneros

El Corazón de María.

1) Iban a Jerusalén: unos padres comprometidos en la fe. Cuántos de nosotros aprendimos a través de nuestros padres la fe… o de nuestros abuelos. La fe da esos chispazos en la casa y es por ello importante que los papás sean esos instructores cercanos en la fe a sus hijos.

2) Buscar a Jesús: siempre nos cuesta esa búsqueda a Jesús. Estamos llamados a complementarnos en Jesús y vivir en Jesús. No te desanimes y trata de encontrar a Cristo que está más vivo que nunca y no deja de buscarte. Déjate sorprender por Él y déjate encontrar por Él. Dios es vida y te quiere llenar a vos de su vida.

3) El Corazón de María: es ese Corazón pleno, que tiene dolores pero sana con amor. Tiene angustias, pero lo llena con esperanzas. Tiene penas, pero el gozo lo irradia. Tiene heridas, pero emana dulzura y paz. María nos tiene en su Corazón.

Un año con Jesus

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2 comentarios

ana alvarellos junio 20, 2020 - 2:40 am

Hay una voluntad más grande, a la que se refiere Jesús, el adolescente que debemos tener siempre en cuenta. Ella es una mamá preocupada, a lo mejor demasiado madre, que habla a su Hijo: ….. ¡Te estábamos buscando angustiados …! ¿Quién estaba angustiado? Maria comparte sus sentimientos con los del esposo, involucrándolo completamente en esta búsqueda, aunque no es seguro de que fuera así. Estamos siempre tentados, también en la oración, a pensar que Dios Padre piensa y siente lo que pensamos nosotros, convencidos de que pedimos algo bueno y justo. No es exactamente así que funciona la fe. En primer lugar, y sobre todo, existe una Voluntad que nosotros no conocemos y que nos cuesta aceptar, pero que es y sigue siendo siempre el Bien supremo, que es lo mejor de lo mejor y mucho más de lo que podamos desear para nosotros, aunque podamos desear algo muy bueno.

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Joaquin Isla junio 20, 2020 - 1:55 pm

Dios los bendiga

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