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Meditación del 7 de Julio

por Pbro. Luis A. Zazano
Mateo 9, 32-38

Evangelio según San Mateo 9,32-38.

En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado.
El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: «Jamás se vio nada igual en Israel».
Pero los fariseos decían: «El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios».
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.
Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.»

Cada vez que visitas nuestros anunciantes estas ayudando
a Misioneros

El mudo.

1) La mudez espiritual: es cuando el dolor o la bronca no te permiten expresar. No logras emitir en palabras lo que está pasando por tu corazón y por tu mente. Es allí cuando el mandinga (el diablo) nos toma a través de la imaginación y nos hace pensar lo peor o incluso nos lleva a cosas supuestas que nunca sucederán o no sucedieron. El tragarte las cosas y vivir en la mudez puede incluso llevarte a enfermedades o incluso a un estilo de vida aprisionado. Entonces gana el mandinga y logra que no seas feliz ni hagas feliz.

2) La multitud: Jesús busca salvar almas y llevar a la libertad. Él no era un populista que quería quedar bien con todos. Soporta las críticas porque sabe que la multitud hoy te tiene arriba y mañana abajo, que los mismos que hoy te critican mañana te alaban. Es por esto por lo que Jesús tiene en claro su misión y su función.

3) Anunciando: la misión tuya y mía es anunciar. No somos asistentes sociales. Somos otros cristos que llevamos a Cristo a todos los rincones. Claro que buscamos ayudar a que todos tengan una vida digna, llenando el estómago si podemos, pero, sobre todo, llenando el Espíritu. Dios nunca te abandona, pero habla.

Un año con Jesus

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4 comentarios

Joaquin Isla julio 7, 2020 - 8:43 am

Dios los bendiga

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José Gerardo Trujillo Toro julio 7, 2020 - 10:06 am

Padre Luis, a nombre del grupo de oración Misión de María de Armenia (Quindío) Colombia, buenos días y muchas gracias por la reflexión de La Palabra del evangelio de hoy, Dios lo bendiga

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Ana Alvarellos julio 7, 2020 - 11:06 am

¿Quién el endemoniado? ¿El mudo que se libera del mal o los fariseos que falsifican las obras de Dios? ¿Quién está poseído en la mente? ¿El que se cura con la cercanía de Jesús, o los que ven su mal atribuyéndolo siempre a los otros? Jesús sufre por la dureza de corazón de aquellos que, llamados a trabajar y a anunciar la presencia del Reino de los Cielos, se niegan a aceptar el llamado para seguir sus propios planes. No es el número lo que más importa, sino  que cada persona bautizada escuche las palabras del Señor y las viva dándose cuenta de que nuestra vida vale si la vivo para Él, pero la desperdicio y arruino si la vivo pensando solo y siempre en mí mismo.

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Graciela julio 7, 2020 - 9:01 pm

BUENAS NOCHES,NO OLVIDEN ENVIAR EVANGELIO:8-07.GRACIAS.

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