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El perdón es un don de Dios

por Mons. Luis José Rueda Aparicio
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El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. 

Evangelio según San Mateo 18,21-35

Se adelantó Pedro y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?».
Jesús le respondió: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores.
Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos.
Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda.
El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: «Señor, dame un plazo y te pagaré todo».
El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda.
Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: ‘Págame lo que me debes’.
El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: ‘Dame un plazo y te pagaré la deuda’.
Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor.
Este lo mandó llamar y le dijo: ‘¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda.
¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de tí?’.
E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía.
Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos».

Palabra del Señor.

Transcripción de La Voz del Pastor del 13 de septiembre de 2020

El perdón es superior al rencor y es superior a la venganza, el perdón es superior al odio, el perdón es un don de Dios, es un regalo que tenemos en nuestro corazón. En la sociedad, en el mundo, el perdón viene de Dios, el perdón no es humano, el primero que da el paso para perdonar es el mismo Dios. 

Jesús es interrogado por Pedro: maestro si mi hermano me ofende cuántas veces tengo que perdonarlo y Él mismo adelanta la respuesta, hasta siete veces y ya Pedro estaba avanzando bastante, estaba diciendo siete veces y el Señor le responde: no, Pedro, mucho más, es necesario perdonar infinitamente como perdona el Padre celestial, hasta setenta veces siete. 

Gran desafío para usted, para mí, para el mundo, para la sociedad. Gran desafío ser capaces del perdón, pero el ser humano es capaz del perdón cuando se siente perdonado, cuando ha recibido el perdón. Por eso es bellísima la Parábola en este capítulo 18 de San Mateo, porque el Señor pone el ejemplo de un perdón grandísimo, desproporcionado, grande del amo que le perdona a aquel criado que no tenía con qué pagar y que ya estaba condenado porque habían dicho vendan a su esposa, véndanlo a él, vendan sus bienes, vendan a sus hijos y que con eso pague la deuda; y después sale y encuentra a alguien que le debe una minucia, que le debe poquito y es necesario que él tenga compasión con el otro, pero no lo hace. con Compasión recibida grandísimo, compasión negada pequeñísima, así es la vida, pero el Señor nos llama a equilibrar las cargas. 

Si usted ha sentido la experiencia del perdón, si usted ha sentido la frescura de volver a empezar porque Dios lo ha perdonado, porque usted se ha confesado, porque es maravilloso y es poderoso el sacramento de la reconciliación, usted sabe que ese perdón se convierte en un perdón misionero, en un perdón que debe llegar allá al ambiente donde usted trabaja, supera las relaciones de odio, de venganza, de destrucción. Ser capaz del perdón porque usted ha recibido el perdón es la mejor forma de agradecer el perdón que Dios nos da, ese perdón que Dios padre nos dio en la cruz de Jesucristo. El señor allí fue clavado el pecado, allí Jesús dijo porque no saben lo que hacen, allí nacimos de nuevo, en la cruz de Jesús, es el acto maravilloso del perdón y si volvimos a nacer y si volvimos a respirar. 

Y si volvimos a ver un amanecer porque Dios nos perdonó  entonces usted tiene la oportunidad de llevar ese perdón recibido, esa compasión recibida y convertirla en compasión y el perdón dado no lo guarde para usted, póngalo al servicio de los demás. A la humanidad le hace falta el perdón, las polarizaciones que llevan a destruir al que piensa distinto es por escasez de perdón. Toda polarización es una injusticia porque lleva a creerse dueño de la verdad y cuando nosotros somos capaces de mirar al otro como hermano y este capítulo 18, es el capítulo de la fraternidad, fraternidad para corregir, fraternidad para orar y fraternidad para perdonar. 

Si usted es capaz de vivir la fraternidad en el perdón, es capaz de transformar la sociedad. En el mundo no todos pensamos igual, tampoco en su familia, ni siquiera en su lugar de trabajo, pero si usted es capaz de perdonar está sanando desde dentro su vida, su familia y está sanando a la humanidad. 

El perdón es el secreto del futuro, si hay perdón hay futuro, si no hay perdón la venganza se encargará de destruirnos y el odio acabará con nuestro camino de vida. Esta semana viva el perdón, libérese desde dentro, reciba el perdón y agradézcalo y sea capaz de transmitirlo a los demás. Que el Señor nos bendiga y acompañe en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 

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