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Te Alabamos Señor. Hoy: Salmo 41

por Editor mdc
salmo 41

Alabar a Dios, orar, conversar con el Padre, siempre recordando nuestra condición de hijos amados por Él. Estos son algunos de los objetivos de este proyecto de Misioneros Digitales Católicos, que culminará cuando publiquemos el 150.

SALMO 41 (versículos 1-14)

Del maestro de coro. Salmo de David.

2 Feliz el que se ocupa del débil y del pobre:

el Señor lo librará en el momento del peligro.

3 El Señor lo protegerá y le dará larga vida,

lo hará dichoso en la tierra

y no lo entregará a la avidez de sus enemigos.

4 El Señor lo sostendrá en su lecho de dolor

y le devolverá la salud.

5 Yo dije: «Ten piedad de mí, Señor,

sáname, porque pequé contra ti».

6 Mis enemigos sólo me auguran desgracias:

«¿Cuándo se morirá y desaparecerá su nombre?».

7 Si alguien me visita, habla con falsedad,

recoge malas noticias y las divulga al salir.

8 Mis adversarios se juntan para murmurar contra mí,

y me culpan de los males que padezco, diciendo:

9 «Una enfermedad incurable ha caído sobre él;

ese que está postrado no volverá a levantarse».

10 Hasta mi amigo más íntimo, en quien yo confiaba,

el que comió mi pan, se puso contra mí.

11 Pero tú, Señor, ten piedad de mí;

levántame y les daré su merecido.

12 En esto reconozco que tú me amas,

en que mi enemigo no canta victoria sobre mí.

13 Tú me sostuviste a causa de mi integridad,

y me mantienes para siempre en tu presencia.

14 ¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel,

desde siempre y para siempre!

¡Amén! ¡Amén!

Fuente:El Libro del Pueblo de Dios. 

Voz: Rafael Alvarado /Música: Juanjo Cabrera (Spotify) / Juanjo Cabrera (canal de Youtube)

Comentario del Salmo 41

La nota característica de este Salmo es el preludio sapiencial que antecede a la acción de gracias por la salud obtenida (vs. 2-4). El salmista recuerda su penosa enfermedad y la súplica que dirigió al Señor en medio de su dolor. Al describir sus padecimientos, más que el dolor físico, acentúa el dolor moral que causan la ingratitud, la maledicencia y la hipocresía (vs. 5-11). El Señor accedió a su súplica, y en esto él reconoce el amor que le ha manifestado (vs. 12-13).18Este es uno de los Salmos llamados Oraciones de los enfermos (Sal. 6; 38; 88; 102. 2-12).

Fuente: La Biblia, La Casa de La Biblia, edición aprobada por la Conferencia Episcopal Española

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