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¿Quiénes los reciben en la capital, en Jerusalén?

por Mons. Luis José Rueda Aparicio
Domingo de Ramos

En este domingo de ramos digamos todos: «¡Hosanna! Bendito el que viene en nombre del Señor»

Evangelio según san Marcos (11, 1-10) 

Cuando se acercaban a Jerusalén, por vez Betfagé y Betania, junto al monte de los olivos, mandó a dos de sus discípulos diciéndoles:

-Vayan a la aldea de enfrente y, en cuanto entren, encontrarán un burrito atado, que nadie ha montado todavía.  Desátenlo y tráiganlo.  Y si alguien les pregunta por qué lo hacen, contéstenle: “El Señor lo necesita, y lo devolverá pronto”

Fueron y encontraron el burrito en la calle atado junto a una puerta; y lo soltaron.

Algunos de los presentes les preguntaron: “¿Qué hacen desatando el burrito?”

-Ellos le contestaron como había dicho Jesús, y se lo permitieron.

Llevaron el burrito, le echaron encima sus mantos, y Jesús se montó. Muchos alfombraban el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el campo.  Los que iban delante y detrás gritaban:

¡Hosanna! Bendito el que viene en nombre del Señor.

¡Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David!  ¡Hosanna en las alturas!

Palabra del Señor.

Transcripción de La Voz del Pastor del 28 de marzo de 2021

Es bueno que usted y su familia retomen el Evangelio de Marcos en el capítulo 11, encontrarán allí la escena de Jesús que entra a Jerusalén, se van a dar cuenta de varios detalles: ¿Quiénes los reciben en la capital, en Jerusalén?  Los reciben los niños, los humildes, los pobres ¿Y cómo los reciben?  Los reciben como a un rey; Jesús en su vida no había aceptado que lo identificaran con un rey político; pero allí están diciendo una frase: ¡Hosanna! y hosanna significa: “Sálvanos, danos la salvación”.  Lo están reconociendo como el salvador y están diciendo: “Bendito el que viene en nombre del Señor”.

Llegó la hora, Jerusalén abre las puertas para el Rey, muchos son indiferentes, muchos no lo reciben, pero usted y yo que somos bautizados, que somos discípulos del Señor; usted y su familia, abrámosle la puerta a Cristo Jesús, digámosle: bendito el que viene a nuestra casa, a nuestra familia, al mundo entero.  

Estamos en un año difícil, en un año de prueba, y la humanidad necesita recibir a Cristo; pero también ponerse en camino con Cristo; Cristo sabe que va a Jerusalén a entregar su vida, no va buscando la muerte; pero, está dispuesto a dar la vida por usted, por mí, por la humanidad.  Obediente hasta la muerte y muerte de cruz, cumple la misión a cabalidad,  hubiera podido huir de esta prueba, hubiera podido irse a otro lugar, y no ir a vivir la Pascua; pero él va a vivir la Pascua, ahora Él es el cordero, Él va a ser sacrificado y Él lo sabe, pero está dispuesto a vivir este acontecimiento como una prueba de amor, está dispuesto a amar su vida, su familia, la humanidad entera, a amarnos a todos nosotros; aunque no lo merezcamos, va a ir a la cruz, va a descender al sepulcro, y va a resucitar.

Disponga esta semana para que usted y su familia puedan recibir a Cristo Jesús y vivir los acontecimientos de cada uno de los días de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.

Vuelva a leer Marcos, capítulo 11, que el Señor abra la puerta de su corazón y de su familia al rey que viene, ¡Hosanna! Bendito el que viene en nombre del Señor.

Que el Señor bendiga a su familia.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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