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«Dios se cuela en la cotidianidad y profundidad del día a día.»

por Carlos L. Rodriguez Zía
peregrinar

¿La pandemia le ha trastocado la vida? ¿Le ha pospuesto o cancelado ese viaje tan planeado; esa peregrinación tan anhelada? Pues no se preocupe. Pues hay un grupo de personas que se han preocupado de buscarle una solución a ese inconveniente y han creado el proyecto Challenge.

Hace más de un año, la pandemia nos ha restringido nuestros movimientos y por períodos nos ha confinado en nuestras casas. En esa situación, sin poder salir de la vivienda -menos de peregrinar a algún lugar- un grupo de personas crearon una serie de itinerarios virtuales para visitar lugares como Santiago de Compostela o Jerusalén, a través de la pantalla de la computadora, del televisor, el celular o la tablet. Al respecto conversamos con Fernando Arriero, uno de los coordinadores de Challenge International Doctor en Teología, profesor de Religión, Filosofía y Psicología, casado, flamante padre (Pablo, nacido en octubre del año pasado), amante de la música de Laura Pausini y director del Secretariado de Pastoral Juvenil de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño (La Rioja, España), él nos cuenta todo lo que el lector quiere o quiera saber sobre esta propuesta de peregrinar a través de las redes, pues como Fernando dice: «El Espíritu Santo hace rato que navega por la web».

-En primer lugar te pido me expliques qué son los Challenge.

-Un Challenge es una peregrinación virtual con un recorrido geográfico que se recorre por etapas. Cada etapa consta de una carta introductoria, una serie de vídeos explicativos (sobre el lugar al que se llega, el tema del día, algún testimonio…), una propuesta orante, unas pistas para resolver un enigma y, finalmente, un cuestionario que – si se ha aprovechado la etapa- te da paso a la siguiente etapa. Además, se ha incorporado material extra y opcional para los “muy motivados” y foros (tanto en la plataforma virtual como en Facebook) para generar comunidad de peregrinos. Por tanto, lo que se ofrece es una experiencia de conocimiento de los núcleos más importantes de la fe y un itinerario orante con, además, posibilidad de acompañamiento personal y/o grupal durante el tiempo que dure el recorrido.

-¿Cuándo y cómo nacieron?

– Este proyecto nace en el estado de alarma y confinamiento en el mes de abril de 2020 intentado dar respuesta a tres necesidades diocesanas: Terminar virtualmente la formación sobre Tierra Santa para 35 jóvenes que íbamos a peregrinar a Tierra Santa en agosto de 2020. Ofrecer un material interesante para catequesis de confirmación en el confinamiento (una cristología básica). Dar continuidad a jóvenes que tras la Pascua Juvenil Virtual pedían algo más en el tiempo de Pascua. Para ello, establecimos un recorrido geográfico y orante que se recorrería virtualmente a lo largo de 30 etapas. Esperando que esta experiencia de Tierra Santa Challenge pudiera interesar a 60-80 jóvenes, se inscribieron 3200 personas de todo el mundo. Viendo que los peregrinos demandaban nuevas experiencias ideamos otros Challenges.

-Aunque en estos tiempos de pandemia, el peregrinar virtual se ha vuelto algo casi obligatorio, el hacerlo de esta manera qué impacto tendrá  cuando podamos volver a peregrinar presencialmente.

-Creo que este tipo de experiencias virtuales se quedarán para siempre y serán mejoradas por medio de la realidad aumentada o realidad 3D con gafas especiales. Esto ha venido para quedarse, aunque nunca será un sustituto idéntico. Sin embargo, estamos ante un modo muy interesante de preparar el viaje real o de recordar aquello que vivimos. Eso sí, dándole un tono espiritual- que siempre es nuevo- y poderlo hacer con peregrinos de otras latitudes, intercambiando experiencias, de manera más económica y sin tener que “cortar” con la dinámica cotidiana de trabajo, familia…

-¿A  quiénes está dirigida estos challenge?

-Cualquier persona que desee reservar media hora de su día (o varios días a la semana) para escucharse por dentro, para conectar con Dios, para revitalizar su vida, para conocer mejor la fe cristiana,  encontrará en Challenge un medio eficaz. Creo que la edad mínima pudieran ser los 13 años. Aun así hemos trabajado con mucha ilusión para poder tener Challenges Junior para niños de 5 a 12 años.

-¿Cómo se ha elegido los distintos destinos y según las edades, cuáles recomiendas hacer?

-Los Challenge principales han sido los más comunes dentro de la tradición cristiana: Tierra Santa, Santiago de Compostela, Asís-Roma y Santuarios marianos del mundo. Aunque el formato es el mismo, cada Challenge tiene su acento. Auschwitz Challenge, por ejemplo, es muy intenso y la pauta lo marca Etty Hillesum, una chica judía asesinada en la 2ª Guerra Mundial, pero es un Challenge de esperanza y nada macabro.  Quienes admiren a San Francisco, pueden ir a Roma. Los que estudiaron en colegios maristas, tienen Champagnat Challenge Revolution.  Quienes desean conocer la Biblia de una manera amena y orar con ella, tienen el Biblical Challenge.  Yo creo que lo mejor es ver el abanico tan variado y dejarse aconsejar por e Espíritu. Obviamente, si eres un niño, lo mejor es apuntarse en la María Challenge Junior, al Cuaresma Junior o al Christmas Familiy Challenge. Lo bonito de esta experiencia es que los peregrinos que lo deseen pueden colaborar con nosotros en la creación de los próximos y ellos mismos nos sugieren ideas riquísimas. Además, estamos atentos a las circunstancias sociales y eclesiales para elegir los próximos Challenge.

-¿Qué elementos o pautas han tenido en cuenta a la hora de construir cada uno?

-Los resultados están siendo valorados de manera continua con el fin de afinar mejor la propuesta para conseguir el objetivo que nos proponemos: favorecer el encuentro con Dios para, desde ahí, generar crecimiento integral de la persona e implicación solidaria con la realidad social vulnerada. Me da la impresión de que estamos alcanzando la fase de estabilidad después de un “boom” de inscripciones y con cierta perspectiva podemos identificar algunas claves del éxito de este tipo de experiencias: Estamos ante un regalo de Dios a su Iglesia. Esto es lo que más claro tenemos. El Espíritu es más audaz que nuestros planteamientos pastorales y hace ya tiempo que navega por la web.

Una teología y una espiritualidad frescas. Quienes elaboran los materiales son personas muy formadas que han conseguido contenidos que suenan a “presente”, “actualidad” y conectados a la vida. Además, sentimos que la diversidad de corrientes religiosas y/o espirituales son una riqueza que se han de seguir explotando sin caer en un sincretismo estéril.

Lenguaje cercano. Espontáneo y con tintes de humor,  de tú a tú. En algunas partes de la etapa evitamos un lenguaje teológicamente frío y apostamos por cierto “colegueo” más informal.

Pedagogía.  Se intenta que los vídeos que presentan los lugares que se visitan o las reflexione o los testimonios sean cortos (5-6 minutos) y consigan un equilibrio entre sencillez y profundidad. De este modo, es posible superar las explicaciones simples y piadosas de siempre y vislumbrar la densidad del tema que se trata.

Acompañamiento: cada peregrino puede pedir ser acompañado. Este acompañamiento individual por correo electrónico se complementa con dos o tres encuentros por videoconferencia en grupos de 10-20 personas.

Familia Challenge. Cada peregrino tiene, además, la posibilidad de pertenecer a la Familia Challenge de voluntarios. Es decir, quien desee permanecer en el Proyecto puede hacerlo aportando sus habilidades.

Solidaridad. Siendo gratuita la inscripción, pedimos siempre en las etapas finales un donativo que destinamos a la sostenibilidad del proyecto Challenge y a obras sociales. Así, se desea hacer ver que un itinerario espiritual implica una responsabilidad social.

-Para quién no ha peregrinado nunca, ¿en qué le servirá hacerlo de esta manera?

-Creo que por la edad, la situación económica, la salud u otras objeciones, no podremos conocer todos los lugares a los que desearíamos ir.  Así que, aquí hay una alternativa que nos permite conocer, admirar y profundizar. Si se me permite, a veces incluso con mayor profundidad y serenidad. Y esto me lo han comentado personas que han hecho Tierra Santa Challenge. Obviamente nada virtual sustituirá el olor, el tacto, la temperatura, el pisar el lugar;  pero a mí me gusta decir que virtual no se opone a real, porque los peregrinos Challenge viven experiencias hondas muy reales… realísimas.

-¿Requieren algún tipo de preparación previa o sólo es hacer click y ya está?

-Ninguna preparación. Solo determinación para dejar que Challenge ocupe un poquito de tiempo en sus vidas. Sin embargo, sí se necesitan conocimientos básicos de informática para acceder a una web (www.challengeinternacional.com) y rellenar un formulario para obtener un usuario y una contraseña. Aun así, hemos elaborado unos tutoriales para ayudar al acceso.

-¿Cuál ha sido tu experiencia personal como peregrino?

-Quizás sea mi “ser peregrino” la que me llevó de manera natural a plantear de manera natural proponer este tipo de experiencias. He realizado 9 veces el Camino de Santiago, también he ido a Guadalupe (Cáceres), he vivido y acompañado grupos en Tierra Santa…Y la vida itinerante, la austeridad y el contacto con la vida “sin maquillar” me han llenado mucho. Dios se cuela en la cotidianidad y profundidad del día a día.

-¿Qué respuestas han recibido de las personas que ya lo han hecho?

-Las respuestas son variadísimas. EL agradecimiento es continuo, aunque imagino que también habrá personas que no se han visto colmadas en sus expectativas. Hemos sido acusados de ser muy ortodoxos y también de ser herejes por, por ejemplo, poner música instrumental budista para hacer un ejercicio de relajación. Las sensibilidades son muchas pero estamos contentos con nuestro estilo: sencillez, familiaridad y profundidad. En general, nos dicen que son experiencias que “tocan” el corazón. La cuestión es si somos capaces de reservar el tiempo necesario para realizar las etapas. No es fácil encontrar 30 minutos algunos días para dedicarlos a una etapa Challenge. Eso sí… hay peregrinos que son adictos y que en broma les decimos que vamos a tener que elaborar un Challenge titulado “Cómo sobrevivir sin Challenge”.

-¿En el futuro, piensan agregar otros destinos?

– Los próximos meses saldrán a la luz: Calasanz Challenge¸ San Ignacio de Loyoal Challenge¸Santa Teresa de Jesús Challenge San José Challenge¸ San Agustín Challenge. Y luego, estamos pensando en otros dos: uno sobre ecumenismo y diálogo interreligioso; y otro de tipo solidario que querríamos hacer con Manos Unidas.  Sin embargo, también nos damos cuenta de que no hemos de correr mucho. La serenidad es necesario para que surjan textos y vídeos inspirados y organizar el material para obtener un “producto redondo”.

-¿Hay que ser una persona creyente para hacerlo?

-Los Challenge nacieron en una diócesis y, por lo tanto, en un ambiente creyente y son una experiencia que nunca pierden esta identidad. Sin embargo, ha habido personas no creyentes que en los Challenge han encontrado luz para su camino y respuesta para sus preguntas existenciales. Así, por ejemplo, una chica budista se reconcilió con su pasado católico y ha pedido poder colaborar con los Challenge en la parte técnica, redes sociales, diseño web; pero es que también ha habido sacerdotes que nos han dicho que gracias a los Challenge han recuperado la constancia en su oración personal. Por otro lado coma cada Challenge tiene unos destinatarios diferentes: Lourdes Challenge convoca a católicos más tradicionales; el Camino de Santiago Challenge a personas de todos los credos y buscadores del sentido de la vida; Auschwitz Challenge tiene como hilo dos conductor a una chica judía no creyente etcétera

-¿Conviene hacerlo sólo o puedo hacerlo con otras personas?

-Los Challenge se pueden hacer solos y en compañía. De hecho, han Unido a muchas familias. De todas maneras los peregrinos nunca van solos sino que tienen la posibilidad de pedir un acompañante, un guía con quien poder compartir impresiones, búsquedas, inquietudes. De hecho este acompañante convoca de vez en cuando a todos sus acompañados a una videoconferencia con el fin de seguir compartiendo en grupo. Recuerdo aún a un padre de familia que me decía que por primera vez la tecnología había servido para unir a la familia y cómo en la comida se hablaba del contenido de los Challenge.

Para más información: https://challengeinternacional.com/

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