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Citas con La Biblia (XII)

por Carlos L. Rodriguez Zía
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Este mes, junio, está dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. Hoy, retomamos el recorrido por las páginas de La Biblia para reparar en que una de las cosas que nos despierta Jesús, su corazón, es confianza. Confianza en que él siempre estará con nosotros.

Según el diccionario, uno de los significados de la palabra confianza es «esperanza firma que se tiene en alguien o en algo». Y para las personas ese alguien en Jesús; y eso algo en su Sagrado Corazón. Pues mientras entre las mujeres y los hombres a veces la confianza se pierde o se pone a prueba, con Dios eso no pasa. Esa es la buena noticia. Todos podemos confiar ciegamente en Dios. Para meditar sobre esto, en la confianza que tenemos depositada en el Padre y en su Hijo, hemos seleccionados los siguientes pasajes de La Biblia.

«Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.»

Mateo, 11, 28-29

«Tres veces pedí al Señor que me librara, pero él me respondió: «Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad». Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo.»

Segunda carta a los Corintios 12, 8-10

«Yo lo puedo todo en aquel que me conforta.»

Carta a los Filipenses 4,13.

«Descarguen en él todas sus inquietudes, ya que él se ocupa de ustedes.»

Primera carta de San Pedro 5, 7

«Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad.»

Segunda carta a Timoteo 5, 7

«Pero el Señor viene en mi ayuda: por eso, no quedé confundido; por eso, endurecí mi rostro como el pedernal, y sé muy bien que no seré defraudado.»

Isaías 50, 7

«Confía en el Señor y practica el bien; habita en la tierra y vive tranquilo.»

Salmo 37,3

¿Qué beneficio tiene confiar en Dios? La última cita de esta duodécima entrega de Citas con La Biblia, la del salmo 37, responde rotundamente este interrogante: nos proporciona vivir en paz; pues, como alguna vez nos lo recordó el Papa Francisco, el Padre está condenadamente enamorado de nosotros. Es por eso que si cada uno deposita su confianza en Dios, como lo recuerda el profeta Isaías, sabemos que Él siempre vendrá a ayudarnos y con esa certeza, tendremos la entereza, la fuerza, para enfrentar momentos difíciles como esta pandemia. Y al confiar en Dios, sabemos que nuestras oraciones -por el personal de salud, por los enfermos- son escuchadas. Y si alguna o varias veces nos sentimos agobiados, cansados, sabemos, como lo menciona el apóstol San Mateo, que podemos depositar nuestra carga en Jesús, que el la llevará por nosotros. Todo el tiempo que lo necesitemos.

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