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A la escucha del Espíritu Santo

por Egberto Bermúdez
El Espíritu Santo

Visitamos En la escuela del Espíritu Santo [1] de Jacques Philippe , un libro excelente y práctico, dividido en tres partes; además, incluye una conclusión y tres anexos.

En la primera parte, el autor insiste en que la santidad es obra del Espíritu Santo porque no podemos cambiarnos a nosotros mismos. Además, no podemos alcanzar la santidad trazándonos un programa porque hay tantas formas de santidad y caminos hacia ella como personas. Es cierto que todos debemos esforzarnos por obedecer la voluntad de Dios tal como se nos aparece en la Escritura, en los mandamientos, etc., de manera general y válida para todos; pero esto no basta, también tenemos que conocer lo que Dios nos pide específicamente a cada uno.

                En la segunda parte, el autor trata de responder la pregunta: ¿Cómo favorecer la irrupción de las inspiraciones del Espíritu Santo? Como respuesta ofrece y explica una serie de condiciones, diez en total, que favorecen la manifestación de las inspiraciones:

  1. Practicar la alabanza y la gratitud.
  2. Desearlas y pedirlas.
  3. Estar decidido a no negar a Dios cosa alguna.
  4. Vivir una obediencia filial y confiada.
  5. Vivir el abandono.
  6. Vivir el desprendimiento.
  7. Vivir el silencio y la paz.
  8. Perseverar fielmente en la oración.
  9. Examinar los movimientos de nuestro corazón.
  10. Recurrir frecuentemente a la confesión y, si contamos con la posibilidad, abrir el corazón a un director espiritual.

En la tercera parte, el autor responde la pregunta: ¿Cómo se reconoce que una inspiración procede de Dios? Mediante el desarrollo de un “sentido espiritual” u “oído espiritual”. Este “sentido espiritual” necesita basarse en criterios de discernimiento para formarse progresivamente. Primero un criterio externo: Dios no se contradice. El Espíritu Santo no puede inspirarnos algo que sea contradictorio con su voluntad, expresada por los medios usuales: la Palabra de Dios, la enseñanza de la Iglesia y las exigencias de nuestra vocación. Luego un criterio interno: “El árbol se conoce por su fruto” (Mt 12, 33). El autor hace hincapié que el discernimiento de los espíritus no puede reducirse a la aplicación mecánica de algunas reglas; sin embargo, las reglas para el discernimiento de espíritus de San Ignacio de Loyola en los Ejercicios Espirituales pueden ser muy útiles. En definitiva, todo lo que viene del Espíritu conlleva alegría, paz, dulzura, sencillez y luz. Al contrario, lo que viene del maligno acarrea tristeza, inquietud, agitación, confusión y tinieblas. En la conclusión, el autor pone a la Virgen María como ejemplo de obediencia perfecta al Espíritu Santo, por lo que recomienda confiar a ella nuestra vida espiritual.

El primer anexo ofrece textos sobre la docilidad al Espíritu Santo del padre, Luis de Lallemant, una de las grandes figuras de la Compañía de Jesús en Francia en el siglo XVII, maestro de alumnos santos como Isaac Bogues y Juan de Brébeuf, mártires en Canadá. En el segundo anexo, los textos sobre discernimiento de espíritus son de san Francisco de Sales. El tercer anexo es un texto del propio autor cuyo título es “Libertad y Sumisión”. La tesis fundamental de este escrito es que cuánto más sometido a Dios está el hombre, más libre es.

En resumen, En la escuela del Espíritu Santo es un libro excelente y práctico, no muy largo, 91 páginas, que te va a ayudar a desarrollar el “oído espiritual” para dejar obrar al Espíritu Santo en tu vida y así poder crecer en el amor a Dios y al prójimo.

[1] Jacques Philippe. En la escuela del Espíritu Santo. Madrid: Rialp, 2019. Jacques Philippe es un sacerdote francés, miembro de la Comunidad de las Bienaventuranzas. En cuyo seno ha asumido importantes responsabilidades desde su ordenación en 1985. Actualmente, predica retiros. tanto en Francia como en el extranjero.

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