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Meditación del día 7 de enero

por Pbro. Luis A. Zazano
Mateo 4, 12-17. 23-25-fb

Evangelio según San Mateo 4,12-17.23-25

Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea.
Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí,
para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías:
¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones!
El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz.
A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca».
Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente.
Su fama se extendió por toda la Siria, y le llevaban a todos los enfermos, afligidos por diversas enfermedades y sufrimientos: endemoniados, epilépticos y paralíticos, y él los curaba.
Lo seguían grandes multitudes que llegaban de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la Transjordania.

Una gran luz

1) Juan: El evangelista Mateo nos presenta que Juan no era el Mesías, que aquí es Jesús la clave, lo escribe para que las comunidades que aún no conocían bien a Jesús sepan que Juan tenía el fin de encaminar la situación para que lleve a la plenitud a Jesús. Cuántas veces los cristianos nos olvidamos de encaminar todo a Jesús, hasta incluso hablamos más de fundadores o de instituciones o de leyes eclesiásticas que del mismo Jesús. Es como que lo dejamos de lado. Que tu eje central sea Jesucristo y no caigamos en fanatismos religiosos e institucionales. Porque cuando dejamos de hablar de Jesús entra en nosotros la crisis de la fe y de la institución.

2) Luz: Jesús te vuelve a recordar que tu vida es luz. El saberte hijo de Dios te convierte en luz para los demás, pero para cuidar esa luz que hay en vos la tenés que alimentar desde la oración, desde los sacramentos y desde la ayuda al otro. Toda luz se puede apagar, pero sos vos quien le da chispa a tu vida desde estos tres ejes: oración, sacramento y ayuda a los demás.

3) Curar: Hoy estás invitado también a curar, aliviar. No haciéndote el curandero, claro, pero estando a la ayuda del otro. Sabiéndote útil para el hermano y por sobre todo sabiendo que siempre se puede hacer algo por el otro. Trabaja más por sanar heridas que generar heridas en el otro.
¡Vamos! que hasta el cielo no paramos.

#5años5continentes

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2 comentarios

Essy enero 7, 2022 - 2:38 am

Gracias padre luis ? el señor lo siga bendiciendo

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Essy enero 7, 2022 - 2:45 am

Gracias padre luis ? el evangelio diario nos llega el alma ?y llena el espíritu , el Señor lo bendiga , saludos desde holanda

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