San José de Calasanz, presbítero, que promovió escuelas populares para la formación de los niños y adolescentes en el amor y en la sabiduría del Evangelio, y fundó en Roma la Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías (escolapios).
San José de Calasanz, sacerdote, nació en Peralta de la Sal, en Aragón, España en 1557. Calasanctius, como también se le llama al Santo, fue un gran defensor y propulsor del valor de la educación para una época donde estudiar no era accesible para todos.
Fundó la primera escuela popular cristiana de Europa que después serían conocidas como Escuelas Pías, así como la Orden de los Padres Escolapios.
Sus padres fueron Don Pedro Calasanz, gobernador de Peralta y Doña María Gastón. Recibió una buena educación en casa, pues el grato ambiente familiar le proporcionó una extraordinaria y duradera formación cristiana y cultural. Asistió luego a la escuela local de Peralta donde también recibió una sólida educación.
A los 14 años decidió hacerse sacerdote, aunque no contó con la aprobación de su familia hasta pasados años, ya que su padre quería que se encargara de la administración familiar o que fuera militar.
Estudió filosofía y derecho canónico en la Universidad de Lérida y teología en las Universidades de Valencia y Alcalá de Henares. Siendo universitario tuvo que huir de la ciudad donde estudiaba porque una mujer joven pretendía hacerlo pecar, siguiendo así a José, el de la Biblia que prefirió perder cualquier amistad, aunque fuera de persona de alta clase social con tal de no ofender a Dios.
Fue ordenado sacerdote con 25 años. Fue nombrado Vicario General de Urgel, el puesto más importante después del de obispo de la diócesis.
Poco después de su ordenación se trasladó a Roma, renunciando al alto cargo en la diócesis y repartiendo entre los pobres las riquezas que había heredado de sus padres.
Durante sus años de estancia en Roma hubo una gran inundación que dejó miles de muertos, esto impactó profundamente a José de Calasanz que se dedicó a ayudar a los afectados por las riadas, uniéndose a una cofradía.
Cuando comenzó a recorrer barrios, vio cómo muchos de los niños no estaban escolarizados por falta de medios económicos, ese fue el germen de la creación de las Escuelas Pías que estarían abiertas a todos los niños, especialmente a los más necesitados.
Comenzó a buscar apoyo y financiación para llevar a cabo su proyecto de escolarización, pero nadie le apoyó, por eso en 1597 pidió utilizar la sacristía de la parroquia de Santa Dorotea, en Roma y allí daba clases, comenzando así la primera escuela gratuita de Europa y dedicó su vida a abrir las puertas de la educación a todos.
“En Roma he encontrado la manera definitiva de servir a Dios, haciendo el bien a los pequeños y no lo dejaré por nada del mundo”.
A estos centros educativos se los llamó Escuelas Pías y a quienes trabajaban en ellas Escolapios. Tras comprobar los buenos resultados y la magnífica gestión de las escuelas, estas recibieron el apoyo de la Santa Sede. Su manera de educar es precursora de la pedagogía moderna.
Pues si desde la infancia, el niño es imbuido diligentemente en la piedad y en las letras, ha de preverse con fundamento un feliz transcurso de su vida eterna, esto está escrito en las constituciones Pías, escritas por San José de Calasanz en 1622.
San José de Calasanz murió el 25 de agosto de 1964 en Roma con 91 años. En la actualidad las Escuelas Pías se encuentran en los cinco continentes.
Pidamos hoy la interseción de este santo que encontró su vocación no solo en el sacerdocio sino también en ocuparse de hacer llegar la educación a los más necesitados.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI