San José, Dios te encomendó la tarea de cuidar de María y Jesús.
Hoy te encomiendo mi familia para que la cuides tú.
Que nuestros integrantes no sufran ningún mal;
que las discordias y chismes no habiten entre nosotros.
Danos la gracia de la unidad,
para que en todo momento actuemos con sinceridad.
Que los rencores y los enojos no nos tomen,
que no pronunciemos palabras hirientes
y evitemos la mezquindad.
Ayúdanos, padre de la Vida,
a llegar juntos a la eternidad
y gozar en esta tierra de la gracia de la felicidad.
Amén