La conversión de Íñigo
Por la señal de la Santa Cruz+
de nuestros enemigos +
líbranos, Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo +
Oración inicial:
San Ignacio de Loyola, tú que nos dejaste un método de discernimiento espiritual, intercede por nosotros, para que podamos resolver bien en las decisiones difíciles, siempre según la voluntad del Padre.
Que sigamos tu ejemplo de compañero de Jesús, amándonos unos a otros. Y mostremos así al mundo que la Iglesia es su casa, donde todos pueden encontrar cobijo para el espíritu, y descubrir lo que es la verdad y la felicidad que solo Dios es capaz de dar. Amén.
Lectura bíblica del tercer día:
“Cuando ellos claman, el Señor los escucha y libra de todas sus angustias” Salmo 34, 18
Para ocupar sus horas de convalecencia, Íñigo pasó horas de lectura de la vida de Cristo y de algunos santos. Comenzó a sentir a Dios como alguien muy vivo y presente en su vida. Tanto es así, que sus deseos de fama y poder dieron paso a un largo proceso de conversión. (Xanax) Su deseo de servir a Dios lo va a llevar a elegir y a tomar decisiones. Va a tener que estar atento a las mociones del Espíritu para discernir por dónde lo lleva la llamada y la invitación de Dios. Guiado por el Espíritu Santo, su vida va a hacer un giro de 180 grados. Comienza una vida nueva. Se sabe profundamente amado por Dios y llamado a seguirlo.
- Pedir la gracia que se desea alcanzar de san Ignacio de Loyola en esta novena.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Oración final
San Ignacio de Loyola, tú que te enfrentaste a lo largo de tu vida a innumerables encrucijadas y tuviste que preguntarte una y otra vez, cuál era el camino que más gloria y alabanza daba a Dios y lo mejor hacia tu prójimo. Ayúdame con tu intersección, a aumentar mi deseo de servir al Señor y ser mejor discípulo, buscando siempre la paz y liberación del mundo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. +