En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Acto de Contrición
Pésame, Dios mío,
y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido.
Pésame por el Infierno que merecí y por el Cielo que perdí;
pero mucho más me pesa,
porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos.
Antes querría haber muerto que haberos ofendido,
y propongo firmemente no pecar más,
y evitar todas las ocasiones próximas de pecado. Amén.
Oración:
Dios Padre Misericordioso, hoy vengo ante ti, a entregarte mi alma y mi corazón. Sé que soy pecador y que lastimé a muchos con mi hablar y actuar. Hoy vengo a tus pies a pedirte que prepares mi corazón para este tiempo de cuaresma y que pueda dejar ese hombre viejo para así asumir ese hombre nuevo que irradie luz y paz. Límpiame mi Dios, porque en ti todo lo malo desaparece. Te lo pido por medio de tu Hijo nuestro Señor y del Santo Espíritu dador de vida. Amén
Reflexión de cada día. Orden
Orden: mantén el orden y el orden te mantendrá a ti, dirá san Agustin. Si hay algo que nos puede llevar a distanciarnos de nosotros y de Dios es el desorden. No es tan solo el orden en lo referente a tu tiempo sino también a tus cosas y a tu persona. Porque el ser ordenado ayuda a manejar el tiempo y a hacer más fácil la vida. Eso sí es ser ordenado, no estructurado. Porque el estructurado sufre si aparece algo que no tenía pensado, el ser ordenado ayuda a mantener el equilibrio y forja el corazón. ¿Cómo ordenas tus días?