Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor.
¡Hola hermanos!
Con el propósito de hoy llegamos al final de las recomendaciones para este 2019.
Hacer nuestro trabajo es una cosa, pero si encima de que lo hacemos, lo hacemos bien, cuanto mejor es.
Y si además de hacerlo bien, lo hacemos con el corazón, con amor, estamos más cerca de llegar con nuestros hechos a Dios.
Por eso: Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor. Colosenses 3:23-24
Todo el esfuerzo que empeñamos en hacer nuestro trabajo, debe ser pensando y hecho en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios por medio de él, porque él es la fuente de nuestro amor y nos recompensará.
Trabajar por y para el Señor, nos llena la vida de gratificaciones, de felicidad. Nuestro andar es mucho más sencillo porque él esta junto a nosotros.
Que lindo es ver a la gente trabajando en comunidad en el nombre de Jesús, aunando esfuerzo para que las cosas salgan mejor, acompañándose unos a otros, siendo solidarios, poniendo el lomo a la para de nuestros hermanos. Así es como seremos recompensados.
Porque quizá trabajemos con desgano, de mala manera y las personas que esperan nuestra entrega amorosamente, solo reciben malas caras y trabajos mal hechos, como si en realidad no hubiésemos querido hacerlos.
Por eso si nos entregamos tiene que ser con todas las ganas, con nuestro corazón lleno del Espíritu Santo, iluminados de felicidad. Porque estamos trabajando en nombre de Dios, y si es en su nombre como lo vamos a defraudar, como no lo vamos a hacer con amor y bien hecho.
Y a ustedes, ¿quién les va a hacer daño si se esfuerzan por hacer el bien?Pedro 3:13
Y ahora desde MD los invitamos a realizar la siguiente oración por nuestro trabajo y por quienes comparten cada día con nosotros.
Padre de todos, bondadoso y fiel: Mi rostro, mis manos, mi mente y mi corazón reflejan mucho al momento de hacerte esta sencilla petición. He de pedirte por aquellos a los cuales tengo a bien dirigirme todos los días en mi fuente laboral. He de pedirte por mis colegas de trabajo: Personas sencillas que, al igual que yo, no podrían estar ignoradas en mis peticiones de todos los días, pues con ellos soy partícipe y conocedor de lo que cuesta ganarse el pan de manera digna. Trabajando juntos, sé bien lo que cuesta terminar la jornada con dignidad, con sacrificio y con el cansancio que muchas veces nos deja sin aliento físico o mental. He de pedirte por cada uno de ellos, mis colegas de trabajo, porque a pesar de las cosas que compartimos en común, también sé que cada uno de ellos tienen sus propias batallas personales más allá de lo que yo veo en el trabajo que diariamente realizamos. Permite que todas sus aflicciones y penas puedan verse aliviadas, y que con el mismo esfuerzo que realizamos en nuestras labores de trabajo, también puedan hacer lo mismo en sus casas. Alivia su trabajo, que puedan disfrutar del tiempo que estamos trabajando, y llegar a sus hogares con ánimo y fuerzas para también disfrutar de sus seres queridos. Y Señor, utilízame, que sientan mi mano, mi apoyo silencioso y que cada día, hombro a hombro, ellos puedan ver que cuando todo se hace con voluntad y humildad, podemos lograr lo que muchos a veces no pueden por su egoísmo: el éxito en equipo. Que todo se haga de acuerdo a tu voluntad para dicha tuya y gratitud nuestra… Amén.
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