Tal vez muchos de nosotros tengamos en claro lo que quiere decir evangelizar, aunque si nos preguntan, nos resulta un poco difícil responder.
Pero ¿Qué es lo que verdaderamente significa para nuestra vida ser evangelizadores?
En griego, la palabra, el verbo, evangelizarse usa para definir la expresión “anunciar una buena noticia”, con esto podemos afirmar que quien es “evangelizado” es aquel que ha recibido una noticia muy especial. Pero que nos sucede cuando queremos hablarle de fe a otras personas, lo primero que nos suele suceder es que nos da un poco de vergüenza tener que hablar de nuestras creencias, aparecen ciertos prejuicios de que si sacamos el tema se nos van a reír en la cara o no nos creerán de lo que estamos hablando.
Pero si nosotros estamos en el camino del Señor, tenemos una vida espiritual clara, tenemos Fe, no debemos pensar en todo eso. Nosotros como evangelizadores, no vamos a vender un producto, ni queremos convencer a nadie, no vamos a imponer nuestras creencias, solo queremos comunicar lo que a nosotros nos ha cambiado la vida, como vivimos la fe, de qué se trata esto de ser evangelizados.
Cuando tomamos la decisión de “evangelizar a alguien” debemos tener en cuenta que ante todo lo que vamos a hacer es dar testimonio de como por medio de la fe una persona puede cambiar.
Nosotros al igual que lo hicieron los primeros discípulos, debemos comunicar a los demás que, gracias a la resurrección de Cristo, nosotros ya hemos comenzado a vivir nuestra propia resurrección.
Evangelizar a alguien no es únicamente hablar de Jesús y de todo lo que el ha hecho por nosotros, sino que es hacer que esa persona valore lo que él significa ante los ojos del Señor.
Si te preguntas las razones de porque evangelizar, probablemente no las encuentres porque no las tiene, la única que debe ser el amor que cada uno siente por Cristo.
De esta manera lo que aquí te queremos decir, es que nadie puede sentirse excluido de evangelizar.
Pero cuanto mayor conocimiento tengamos de Cristo, cuanto más amor hacia él estemos dispuestos a entregar en nuestra vida, más preparados estaremos para ser los evangelizadores que hoy la iglesia necesita para que Jesucristo y el Espíritu Santo lleguen con su gracia y misericordia a todos los rincones de la tierra.
Para llevar a Cristo a los demás es necesario una experiencia intima con Él, ya que nadie puede hablar de lo que no conoce porque nadie puede amar de lo que no sabe su existencia.
Ser un auténtico evangelizador no nos llega de la nada, se va formando con el paso del tiempo, es un aprendizaje, un crecimiento en la fe, porque sin fe no podemos evangelizar.
¡Creo Señor, pero aumenta mi fe! Marcos 9,24.
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