Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración para todos los días
Todopoderoso y Eterno Dios, cuyo poder y bondad se manifiesta en los santos, elegidos por Ti, antes de la creación del mundo, para ser testigos de tu santidad y alabanza de tu gloria.
Te damos gracias por las virtudes que hiciste resplandecer en tu siervo San Nicolás,
protector de pobres, de doncellas, de niños, de perseguidos, de navegantes;
y buscador ferviente de la Unidad de la Iglesia.
Al venerarlo hoy como protector de nuestra parroquia, te pedimos llenos de confianza, que sigas alimentando nuestro espíritu con la fe que él anunció, con la esperanza que él vivió, y con la caridad que él practicó.
Te pedimos también la gracia particular que ahora te presentamos (breve silencio). A ti, Señor, fuente de toda santidad, la gloria, el honor y el poder por los siglos de los siglos.
Amén.
Sexto día
La devoción popular y universal a San Nicolás, ha quedado reflejada en la atención especial que le han dedicado pintores y artistas. Muchas y muy variadas han sido las representaciones que los artistas nos han dejado del Santo: trípticos, cuadros, frescos, murales… Unas veces aparece el Santo en solitario. Otras acompañado de María o de algunos santos. Otras veces aparece su efigie orlada por escenas de las numerosas intervenciones que se atribuyen al Santo en favor de los niños, doncellas, navegantes o pobres. Después de los dedicados a Jesús y a María, los iconos más numerosos son los dedicados a nuestro Santo.
Preces
- Oremos hoy para que las imágenes de los medios de comunicación no hieran la inocencia de los niños ni la moral de los adultos. Roguemos al Señor.
- Para que los artistas nos edifiquen con imágenes que den la dimensión humana y creyente de los santos. Roguemos al Señor.
(Padre nuestro, Avemaría y Gloria)
Oración final
Imploramos, Señor, tu misericorida,
y te suplicamos, que, por intercesión de tu obispo San Nicolás,
nos protejas en todos los peligros de alma y cuerpo,
para que podamos caminar seguros por la senda de la salvación.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.