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“Para mí la fe se ha convertido en un motor de vida para ir para adelante”

por Editor mdc
Miriam de Vicente

Sin muchos preámbulos, los invitamos a conocer la historia de Miriam de Vicente, una mujer con síndrome de Down que se apoyó en su fe, miró de frente a la vida y hoy es maestra de clase y de la vida.

 

 

La joven al recibir el Premio Fomento 2018 agradeció la fe y los valores cristianos que le transmitieron su familia y el colegio Miravalles el Redín donde estudió. Hoy es feliz con su vida y su profesión.

¿Qué se siente cuando algunas veces has tenido la tentación de considerarte el patito feo y en cambio un día te aplaude un auditorio de más de 1.000 personas? Habrá que preguntárselo a Miriam de Vicente, una joven española de 33 años de edad con síndrome de Down, que el pasado sábado recibió el premio Fomento 2018. ¿Su mérito? Llevar una vida de luchadora y reflejar los valores del colegio donde estudió, Miravalles El Redín de Pamplona.

Junto con Miriam, otros ganadores del premio era nombres más que conocidos: el cocinero Pepe Rodríguez, del restaurante El Bohío y jurado de “Masterchef”, la Obra Social “la Caixa”, Scholas Occurrentes, el Grupo Social ONCE… También otros antiguos alumnos de Fomento de Centros de Enseñanza que con su ejemplo son auténticos “embajadores” del programa pedagógico que se propone en estos colegios.

Miriam nació un 3 de mayo pero la primavera no le puso fácil las cosas. Sin embargo, fue perseverante, se esforzó por sacar los estudios año tras año, y contó con el apoyo de su familia y sus profesoras de Miravalles. Así lo explicó ella misma en el discurso de agradecimiento, ante el aforo que llenaba hasta la bandera el palacio de Ifema de Madrid donde se celebró el acto.

Miriam agradeció la fe católica y los valores que en el colegio le enseñaron y que siempre han sido el motor de su vida, también hoy, cuando ella misma es maestra de educación infantil y vocal de la Fundación “Merece la Pena”, cuyo lema es educar para afrontar la adversidad.

La actual maestra entró en el colegio en 1988 y se despidió con la promoción de 2004. Desde entonces no ha parado de realizar cursos de formación y trabajar en jardines de infancia y guarderías, para adquirir experiencia.

El año 2010 la Universidad de Navarra le otorgó la Diplomatura en Magisterio, lo que más le gusta a ella: educar a los pequeños. Es sonriente, tenaz y generosa. Y por si fuera poco, obtuvo el título de Experto Universitario en Desarrollo Infantil y Necesidades de apoyo Educativo por la Universidad pública de Navarra.

Las palabras de agradecimiento de Miriam

“Gracias a Miravalles, a todas las personas que me han ayudado en mi formación, mi familia, mis compañeras, mis profesoras de la trayectoria escolar que sobre todo han creído y confiado en mí y, pasando de los prejuicios y la apariencia, siempre estuvieron ahí.

“Quisiera mencionar de modo especial a Lidia. Ella, cuando yo tenía 12 años, me dijo que no solo podría llegar a Bachillerato sino también a la Universidad. Gracias de corazón. Gracias por el esfuerzo constante que ha supuesto mi paso por el colegio.

“Quisiera destacar de un modo especial la formación espiritual recibida en el colegio. Quién me iba a decir que años más tarde sería el ingrediente principal para mi felicidad.

“Cuando la vida nos pone a prueba, nos damos cuenta de lo importante que es la educación y la formación en valores: el respeto, la escucha, la paciencia, la constancia, el compañerismo… disposiciones que nos ayudan a afrontar las dificultades que nos toca vivir con actitud positiva, ¡y qué difícil es a veces conseguir esto!

“Para mí la fe se ha convertido en un motor de vida para ir para adelante y salir fortalecida en las dificultades.

“Gracias por la labor educativa que sembraron en nuestro corazón y por ese cimiento tan firme de los valores de la cultura de la vida. Construir sobre roca firme me ha conducido a esta vida apasionante que yo tengo, llena de proyectos, sueños, luces y sombras que me han ayudado a ser la mujer que soy ahora.

“Este premio quiero compartirlo con las personas que no tienen las oportunidades, los apoyos y el cariño necesario para perseguir su sueño. Gracias, Fomento. Gracias, Colegio Miravalles”.

 

Fuente: Aleteia.org / Autora: Dolors Massot

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