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Todo pasará, la vida permanecerá

por Pbro. Leandro Bonnin

En estos días en que la vida inocente es amenazada. En estos tiempos aciagos. En estas horas de agonía. En este instante tan doloroso de la historia del mundo y de nuestra Argentina, despunta el alba de un nuevo día, de los Cielos Nuevos y la Tierra nueva. Sobre esto reflexiona el autor de estas líneas.

Pasaron Kissinger y los Rockefeller: Los modernos Faraones y Herodes que pretenden dominar el mundo. Pasarán el FMI, y Planned Parenthood, Casa Fusa, Fundación Huésped y toda la red criminal que lucra con la muerte y el tráfico de bebés. Pasarán la ONU, la OMS y todas las multinacionales ideológicas y/o económicas puestas al servicio de los poderosos de turno.

Pasarán los diputados de izquierda y de derecha, los moderados y los tibios, los defensores de las “libertades” de sólo algunos. Los pañuelos verdes, todos los Pilatos modernos y contemporáneos y los que puedan venir.

Pasarán los que prometieron servir a su Patria y levantan la mano y la voz apoyando la muerte de los más indefensos de los ciudadanos.

Pasarán los presidentes y sus ministros de salud que –por acción, omisión o cobardía- entregan a los argentinitos más vulnerables al Imperio de la muerte.

Pasarán los oportunistas, los idiotas útiles, los que deberían anunciar la verdad y son cómplices de miles de mentiras. Los que traicionan su conciencia, los que cambiaron el juramento hipocrático por la hipocresía extrema, los que juraron defender la vida y se enriquecen eliminándola…

Pasarán todos aquellos que participan de la maquinaria implacable y demoníaca del genocidio más injusto e incomprensible.

No te olvides: todo, todo eso pasará.

La última palabra

Porque el mal no tendrá la última palabra. Porque la mentira se autodestruye. No sólo tiene «patas cortas», sino también vida corta.

Porque ya en estos tiempos aciagos, en estas horas de agonía, en este instante tan doloroso de la historia del mundo y de nuestra Argentina, despunta el alba de un nuevo día, de los Cielos Nuevos y la Tierra nueva.

Porque el Dios de la Vida no pasa. Porque el Poder del Crucificado no pasa. Porque la Verdad y el Amor permanecen para siempre.

La vida triunfará

Y la VIDA, la Vida humana que es en la historia una chispa, un reflejo imperfecto pero genuino de la Vida divina, la VIDA triunfará.

Porque la historia y el mundo le pertenecen al Dios vivo y verdadero, que entrega estos breves años del devenir del mundo a los hombres para que conquistemos -de algún modo- la eternidad. Pero que al final de los tiempos «dará a cada uno según sus obras», y separará el trigo de la cizaña, y a las ovejas de los cabritos.

Imploremos misericordia para nosotros y para todos, especialmente para quienes hoy no logran ver.

Que el día en que el Triunfo de la Vida se manifieste en plenitud puedas -por Gracia de Dios- permanecer de pie, porque en medio de esta batalla, e incluso teniendo a veces la punzante sensación de la derrota, fuiste fiel.

Dijiste SÍ A LA VIDA.

Tu sí de ahora -quizá en minoría, quizá difícil, quizá incomprendido y nunca aplaudido por los hombres- será tu corona en la hora final.

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1 comentario

María Susana Fernández diciembre 20, 2019 - 2:09 pm

Gracias Padre Bonin por este comentario tan acertado como esperanzador.

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