Una vida en clave misionera (capítulo uno)

Hace treinta y cinco años -lo celebra este viernes 17 de enero- Luz María Arango Betancur abrazó la vida misionera. A partir de hoy, Dios mediante, Luz María, que nació un 7 de marzo de 1964 y es Licenciada en Teología Espiritual y profesora de Teología, nos contará lo que es vivir la fe en clave misionera.

Mientras continúa con sus clases de espiritualidad a novicios de distintas comunidades de Sudamérica y Centroamérica y se prepara para encarar un nuevo desafío, Luz María Arango Betancur se hace de un tiempo para grabar el video que compartimos y así echar a andar su contacto con los lectores de Misioneros Digitales Católicos. Si Dios quiere -seguro que sí- Luz María, miembro de la Fraternidad Misionera Verbum Dei, nos seguirá visitando para compartir sus vivencias misioneras al decidir vivir aquellas palabras de Jesús: » Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos».

Algunos datos biográficos de Luz María:

Fecha de nacimiento: 7 de marzo de 1964.

Fecha de ingreso en la Fraternidad Misionera Verbum Dei: 17 de enero de 1985. En Medellín.

1987 a 1990: Inicio de estudios filosóficos en Madrid.

1991: Destinada a Guinea Ecuatorial. En ese mismo año, el 24 de agosto, hace su profesión perpetua.

1992: regresa a Colombia hasta 1999.

1999: Arequipa (Perú)

2000- 2012: Buenos Aires, Témperley y Pergamino (Argentina). Allí termina sus estudios de Teología en el 2006.

2012- 2014: Roma (Italia), estudia en la Universidad Pontificia Gregoriana la licenciatura en Teología Espiritual.

2015: Da clases de Teología y es formadora de las misioneras estudiantes en Loeches, Madrid, en el Instituto teológico San Pablo Apóstol. 2016: regresa a Colombia y es destinada a Bucaramanga.  Desde inicios del 2016 a marzo del 2019 asumió la responsabilidad de las misioneras Verbum Dei de Colombia.

A continuación su primer video-testimonio y un breve texto que escribió con motivo de la Fiesta de la Epifanía o Día de los Reyes Magos.

Una estrella en mi vida

«Un día apareció en mi vida una estrella que conectó con mis ansias profundas de «más», me despertó y me puso en camino…tenía casi 20 años…Desde entonces, cada vez que celebramos » La Epifanía», no puedo más que reconocer la fuerza de Dios para manifestarse y atraer al que está lejos… Desde entonces descubrí mi vocación de ser estrella, llamada a brillar de tal modo que despierte en cada hombre su deseo de Dios, capaz de orientarlo hasta que de con Cristo: Luz del mundo.
«Te pido Señor fidelidad, no permitas que mi luz se apague y que por eso muchos se pierdan. Que mi vida sea para ellos, mis hermanos, causa de alegría al ver en mi tu estrella, que los anime a ponerse en camino hasta dar contigo».